tag:blogger.com,1999:blog-57498820364375475142024-03-14T18:22:00.192+01:00Latour Psicologíagabinete de psicología en CádizLatour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.comBlogger185125tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-26135299256294981452024-03-14T18:21:00.000+01:002024-03-14T18:21:11.478+01:00El Amor y las relaciones de pareja (I)<p> </p><p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-family: Verdana, "sans-serif"; font-size: 14pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5z85kjmT0z8UfBho8B9ogz6HJs7fUDDKSyh8V6AteMr_HqTCQfnq86JlM0-MG0U9sAKWonyJC4VfdTP3ukvOicty8xcTqu-VEx-1w7qRtV1vCZzvbsqLE8Y0abpTr4RTO2mhsaceSFwy76hsOgYaFI6G8CZl2TweFZim75MYxp3ZgEEKRRGDKh9JJIYc/s3600/5062640.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3600" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5z85kjmT0z8UfBho8B9ogz6HJs7fUDDKSyh8V6AteMr_HqTCQfnq86JlM0-MG0U9sAKWonyJC4VfdTP3ukvOicty8xcTqu-VEx-1w7qRtV1vCZzvbsqLE8Y0abpTr4RTO2mhsaceSFwy76hsOgYaFI6G8CZl2TweFZim75MYxp3ZgEEKRRGDKh9JJIYc/s320/5062640.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 18.6667px;"><br /></span></div><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt; text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt;"><span> </span>Un reciente artículo publicado en el periódico El
País (6 de noviembre de 2023) lo encabezaba el siguiente titular “El amor es
una droga que hace efecto solo 15 meses”. Estos asuntos relacionados con la “Psicobiología” siempre llamaron mi atención poderosamente, lo que hizo que
leyera dicho artículo con máximo interés. “La Neurociencia dice que el
enamoramiento dura como máximo un año y tres meses, y la noradrenalina es una
de las claves…”. Así comenzaba el artículo que escribía Francesc Miralles en
dicho medio de comunicación.</span></div></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Lo primero que pensé fue en el dilema (o más bien
falacia) sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina. ¿Es la noradrenalina
lo que nos hace sentir que estamos enamorados?, o, por el contrario, ¿es el
comportamiento de estar enamorado el que hace que segreguemos noradrenalina?. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A continuación me situé, desde mi posición
como psicólogo, en contra del planteamiento exclusivamente biologicista, para
finalmente analizar tan importante<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>cuestión vital desde la perspectiva de la psicología.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>En general, desde hace mucho tiempo, sobre todo en
la sociedad occidental, damos credibilidad a aquello que proviene de lo que en
general denominamos ciencia. Esto nos ha hecho “intuir” que todo puede
explicarse en términos científicos, pero sobre todo, o exclusivamente, por
aquella explicación que proviene de determinadas “ramas” de la ciencia,
como<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la biología, la química, la
medicina, etc. No voy a manifestarme en contra de este modelo explicativo o de
esta forma de entender el mundo y lo que en él sucede; muy al contrario, y
además creo que hay que desenmascarar a tanta pseudociencia que ha florecido en
los últimos años al “socaire” de las ciencias. Lo que creo es que hay otra
ciencia que explica con contundencia y rotundidad experimental las cuestiones
que se relacionan con el comportamiento humano. Esta ciencia es la PSICOLOGÍA
CONDUCTUAL que, como ciencia del comportamiento, es la que mejor puede explicar
lo que sucede en torno a este comportamiento que llamamos enamoramiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Ya en 1953, SKINNER, el psicólogo de mayor
relevancia del siglo XX, según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA
2002) comentaba en su obra “Ciencia y Conducta Humana” que “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">los métodos de la ciencia han sido
extraordinariamente eficaces dondequiera que se han ensayado</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿por qué no lo aplicamos entonces a los
asuntos humanos?”, </i>en referencia clara a la necesidad de profundizar en el
conocimiento científico del comportamiento humano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Cuando actualmente desde la Psicología queremos
explicar por qué suceden determinados comportamientos surgen explicaciones, cada
vez más, que no tienen en cuenta, o que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>olvidan, los avances realizados en otros tiempos. Es decir, parecería
como que los conocimientos en Psicología no se van adquiriendo por
concatenación de investigaciones o líneas de investigación sobre un asunto
concreto, sino que surgen a partir de teorías dispares, a veces sin fundamento
científico alguno, que pretenden explicar de nuevo un comportamiento concreto.
La mayoría de estas explicaciones resultan vagas e imprecisas desde un punto de
vista experimental y/o científico, pero resultan sencillas y comprensibles para
el neófito o a nivel popular. De esta forma se van abriendo paso
pseudociencias<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y planteamientos
acientíficos que convierten la Psicología en un “entretenimiento” en el que se
mueven con soltura todo tipo de disciplinas pretendidamente afines, facilitando
y dando paso al intrusismo profesional.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Esto ocurre con el enamoramiento, que el saber
popular atribuye al amor, que no se sabe lo que es, pero que se convierte en el
elemento explicativo por excelencia. A partir de aquí no se sabe cómo se
adquiere (ni cómo se pierde) y, por tanto, es algo que no sabemos cómo manejar.
Sin embargo, a los profesionales de la psicología se nos pide que actuemos
dando soluciones ante los problemas derivados de los problemas de relación en
la pareja que pudieran estar relacionados con comportamientos incompatibles,
con falta de comunicación, etc., ¿o es la pérdida del amor?.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Para explicar todo ello es fundamental ir a las
fuentes (que las hay) del conocimiento sobre estas cuestiones y ver que nos
dice la Psicología Conductual al respecto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Miguel Costa y Carmen Serrat en su magnífico libro
(ya hoy todo un clásico) “Terapia de Parejas” (Alianza Editorial, 1982)
describen el enamoramiento como un intercambio de conductas reforzantes o
gratificantes entre ambos miembros de la pareja, “lejos de la explicación vaga
y simplista del amor”. El amor es un comportamiento complejo basado en
conductas, la mayoría observables y medibles, de tipo cognitivo, emocional y motor.
Se puede afirmar, por tanto, que las parejas con problemas intercambian menos
gratificaciones (reforzadores positivos) que las parejas sin problemas
(Jacobson 1979). Igualmente, se han encontrado tasas más altas de conductas
castigadoras o aversivas en parejas en conflicto (Estudios de los años 1975 y
1976; Birchler y cols. y de Robinson y Price).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"><span> </span>Desde el punto de vista de la Psicología Conductual
el amor podría entenderse como “expectativas de refuerzo”. “El nivel de
expectativas, al igual que el resto de variables mediacionales (percepciones,
interpretaciones o valoraciones en función de las experiencias previas, etc.),
matizan el valor reforzante del intercambio conductual de una pareja. Unas expectativas
excesivas o exclusivas, y por tanto no satisfechas,</span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">conducen a minusvalorar las gratificaciones
del otro y de la vida de relación en general y reducen el umbral de tolerancia
a las frustraciones y a la estimulación aversiva</span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">que toda relación interpersonal, en algún
grado, conlleva” </span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Verdana, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">(Costa y Serrat, 1982).</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Otro aspecto que diferencia las relaciones “basadas
en el amor” de las que no se mantienen por este constructo son las habilidades
de comunicación y de resolución de problemas. En las relaciones “basadas en el
amor” la comunicación es positiva y la resolución de problemas es eficaz.
(Weiss, 1978). Las parejas en conflicto lo están por intentar influirse e
interactuar mediante estímulos aversivos (críticas, amenazas, enfados,
chantajes, etc.).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Con base sólo en estos dos aspectos apuntados;
expectativas de refuerzo e intercambio de reforzadores y estimulación aversiva,
además de los déficits en la comunicación, podríamos concluir que, en el proceso
de enamoramiento, el amor se mantiene en tanto en cuanto las expectativas de
refuerzo no se ven superadas, o “resisten” en el nivel inicial de cada persona.
Todo ello acompañado de una comunicación y resolución de problemas eficaces. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>Como bien apunta Jacobson (1979) (es preciso acudir
a las fuentes) en el comienzo de una relación suele existir atracción debido a
una elevada tasa de intercambios <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>reforzantes.
¿Explica este intercambio conductual el incremento de noradrenalina?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span> </span>¿Es esto el amor?. ¡Parece poco romántico!, pero la
psicología conductual, tras sus investigaciones de corte científico y experimental,
encuentra estas conclusiones, entre otras que seguiremos analizando y exponiendo
más adelante.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Juan Sagristá Andrés</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Psicólogo especialista en Psicología Clínica</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Verdana","sans-serif"" lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-13108086520694348222024-01-08T19:03:00.000+01:002024-01-08T19:03:05.553+01:00 Transiciones vitales en la adolescencia<p> </p><span id="docs-internal-guid-ffbbf2f2-7fff-7856-d918-840195679655"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJsCRNJqJgV9P8yuPS5SzcTgKFGie7KVi07znr0MgvVWQOXe0iRDtSCjcemkZ5B1nlEy-078xITVqBJdFNksKwBYhP6rWcUQwRx1KtHMB73gXmF6IzX0hTavD2b9wKhPIw1HVX21rflBg-xt4lClDp3YoUo8jq-83n-rpfISTuqALgQ297qH-gj_zwnvc/s1080/Transiciones%20vitales%201%20(2).png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJsCRNJqJgV9P8yuPS5SzcTgKFGie7KVi07znr0MgvVWQOXe0iRDtSCjcemkZ5B1nlEy-078xITVqBJdFNksKwBYhP6rWcUQwRx1KtHMB73gXmF6IzX0hTavD2b9wKhPIw1HVX21rflBg-xt4lClDp3YoUo8jq-83n-rpfISTuqALgQ297qH-gj_zwnvc/w372-h282/Transiciones%20vitales%201%20(2).png" width="372" /></a></div><br /></span><p style="text-align: left;"><span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> El concepto de</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> transición vital</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> va de la mano de los estadios o etapas en los que en los que la vida de una persona se secuencia. Durante el propio ciclo vital, todas las personas pasamos por periodos distintos que ponen a prueba nuestros procesos de adaptación y reorganización para reducir la desestabilización de las demandas de cambio que perturban el equilibrio entre el ambiente y el individuo, los cuales pueden suponer una transformación en la comprensión de nuestro entorno y sobre todo de nosotros mismos. Las transiciones son momentos vitales que actúan como puentes entre una situación anterior y otra posterior de cambio que pueden abarcar periodos extensos (Moratto et als. 2015). </span></span></p><p></p><span><p></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Son periodos con un carácter condicionante sobre el futuro, la incertidumbre o las expectativas puestas en ellos, por lo que son de especial vulnerabilidad (Rausky, 2014) Harbottle y Bridges (2006) plantean unas fases en el proceso de transición exitoso, y son:</span></p><br /><ul style="margin-bottom: 0px; margin-top: 0px; padding-inline-start: 48px;"><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Fin, pérdida o necesidad de cambio en la situación de partida. Fase asociada a emociones de resistencia al cambio y la dificultad de aceptar que se están produciendo los mismos.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Zona neutral o periodo de moratoria. Siendo una fase puente en la que puede convivir el malestar y la incertidumbre con la apertura a nuevas posibilidades.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">El nuevo comienzo. Fase cargada de perspectivas positivas que permite finalizar la transición con la recuperación del control sobre la propia vida.</span></p></li></ul><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Podemos diferenciar entre transiciones vitales normativas y no normativas. Las primeras hacen referencia a las que se pueden anticipar y son previsibles, porque vienen determinadas por normas sociales, culturales y/o institucionales. Los eventos no normativos o críticos son individuales e inesperados, como accidentes, despidos no previstos, ruptura de pareja como ejemplo. También se incluyen en este apartado eventos históricos que afectan a toda una cohorte (Krampen, 2013, Perrig-chiello y Perren, 2005).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Las transiciones relacionadas con la edad persisten en el imaginario social y conviven con políticas públicas y estructuras institucionales, aunque la flexibilización de los ciclos vitales y la reducción de los itinerarios personales hacen que la edad vaya perdiendo significación como característica central de los procesos de transición vital (Sepúlveda, 2013).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Veremos cómo los cambios asociados a la juventud difieren en relación a los de la vida adulta en aspectos importantes y hay que tenerlos en cuenta y tratarlos con la importancia que cada una tiene en cada caso concreto.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>La juventud supone el tránsito hacia la vida autónoma constituyendo un momento crucial en la vida de las personas. Uno de los momentos a destacar es el paso de la escuela al mundo laboral, intentando no reducir la transición a la vida adulta a un mero proceso de inserción profesional. La configuración de la identidad y la gestión de las aspiraciones en distintos ámbitos forman parte de los aspectos críticos en esta etapa, no acotándolos necesariamente en cuestiones profesionales y/o laborales (Du Bois-Reymond y López, 2004).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Los primeros de los cambios en los que nos vamos a centrar hace referencia a la familia. La adolescencia se convierte en una etapa mucho más difícil que otras, no solo para el adolescente, sino para el resto del núcleo familiar. Jeffrey Arnett (1999) propone que la adolescencia se relaciona con tres aspectos claves:</span></p><br /><ul style="margin-bottom: 0px; margin-top: 0px; padding-inline-start: 48px;"><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Mayores niveles de conflicto con los padres.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Alteraciones del estado de ánimo.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Mayor implicación en conductas de riesgo.</span></p></li></ul><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>No podemos olvidar que la familia no es un objeto pasivo sino un sistema activo. Toda tensión provocada por eventos internos o externos repercuten en el funcionamiento familiar. En este punto, la adolescencia es un periodo crítico donde las modalidades habituales de funcionamiento que hasta el momento han sido exitosas ahora resultan inadecuadas. Temas como el control y la autonomía deben renegociarse, de manera que se suceda el distanciamiento gradual del adolescente con la familia (Estévez y Musitu, 2016). </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Ejemplos de transiciones vitales en la adolescencia y juventud:</span></p><br /><ul style="margin-bottom: 0px; margin-top: 0px; padding-inline-start: 48px;"><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Duelo al final de una etapa escolar con cambio de centro o fin de la etapa educativa.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Cambio de domicilio.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Separación de miembros de la familia, mudanzas, divorcios de los progenitores.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Ruptura con el grupo de amigos/as habituales.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Querer entrar en un mundo más adulto del que no forma parte, adquiriendo más libertades como llegar más tarde a casa, tener menos control por parte de padres, madres o cuidadores/as.</span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;">Descubrimiento de la sexualidad y la pareja.</span></p></li></ul><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Para concluir, indicar que en los últimos años la transición de la vida académica a la vida laboral ha sufrido un desplazamiento retrasando la edad a la que este cambio tiene lugar. Hasta hace poco hemos tenido un ciclo vital definido por la previsibilidad y las certezas, todo ello como consecuencia de la linealidad y la estandarización a nivel social. Ahora mismo hemos pasado a un recorrido vital marcado por la incertidumbre y la reversibilidad haciendo que enfrentarse a los cambios sea una tarea altamente exigente (Gonzalez y González, 2015,p. 30), dando lugar a que las transiciones vitales sean más inciertas, duren más tiempo y/o más frecuente,haciendo que sean más imprevisibles y generen una mayor inseguridad (Stauber y Walther, 2006).</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ramón Flores González</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Psicólogo colaborador de Latour Psicología</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Du Bois-Reymond, M., y López, A. (2004). Transiciones tipo yo-yo y trayectorias fallidas: hacia las políticas integradas de transición para los jóvenes europeos. Estudios de Juventud, 65, pp. 11-29.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Krampen, G. (2013). Subjective Well-Being of Children in the Context of Educational</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Transitions. Europe's Journal of Psychology, 9(4), pp. 744–763.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Moratto Vásquez, N. S., Zapata Posada, J. J., & Messager, T. (2015). Conceptualización de ciclo vital familiar: una mirada a la producción durante el periodo comprendido entre los años 2002 a 2015. </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">CES psicología</span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">8</span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(2), 103-121.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Perrig-Chiello, P. y Perren, S. (2005). Biographical Transitions From a Midlife Perspective.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Journal of Adult Development, 12(4), pp. 169-181.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Rausky, M.E. (2014). ¿Jóvenes o adultos? Un estudio de las transiciones desde la niñez en sectores pobres urbanos. Última Década, 41, pp. 11-40. </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Sepúlveda, L. (2013). Juventud como transición. Última Década, 39, pp. 11-39.</span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-83623777283627641562023-12-18T18:54:00.003+01:002023-12-18T18:54:54.630+01:00Apego en la infancia y su reflejo en las relaciones de pareja<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7jFlHKRv5lL-j-Id-OBfwZPfAKC0AE6jJ_wNHEKODngpnq_kFMJGstSjJUiyUNWkjkyipA_SOMW4tpPYp3OIOis-WDyOPy_OISufxgZD6XqHb5czGH14zf1-seCet2HWjwmGQjhjCPkPEKQpf5bPXdaBnhgre-jZIXSrPbDANJrFw4_D8SdaO4mJoUoI/s1080/Post-Art%C3%ADculo%20Apego%20en%20la%20Infancia.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7jFlHKRv5lL-j-Id-OBfwZPfAKC0AE6jJ_wNHEKODngpnq_kFMJGstSjJUiyUNWkjkyipA_SOMW4tpPYp3OIOis-WDyOPy_OISufxgZD6XqHb5czGH14zf1-seCet2HWjwmGQjhjCPkPEKQpf5bPXdaBnhgre-jZIXSrPbDANJrFw4_D8SdaO4mJoUoI/w412-h307/Post-Art%C3%ADculo%20Apego%20en%20la%20Infancia.jpg" width="412" /></a></div><br /><span id="docs-internal-guid-4c7964eb-7fff-323c-e2f7-5be39c015f85"><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>El </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">apego</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> es una dimensión esencial a tener en cuenta en las relaciones de pareja. Este es, por definición, un vínculo emocional, recíproco y duradero establecido entre los/as niños/as y su cuidador/a, cada uno de los cuales contribuye a enriquecer la calidad de la relación (Bowlby, 1969). La teoría del apego se ha convertido en una de las más influyentes a la hora de comprender el proceso de regulación de los afectos en las relaciones, además de ser un factor muy influyente en la salud emocional y el desarrollo psicosocial de las personas (Medina, Rivera y Aguasvivas, 2016). La figura de apego conforma un papel de apoyo, refugio, seguridad y de ayuda en tiempos difíciles (Collins y Pietromonaco, 2017).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Las conductas de apego se forman en los niños durante el primer año de vida, aunque estas se encuentran activas y cambiantes durante todo el ciclo vital del individuo. Existen diversos estilos de apego infantil que se dividen de forma general en dos tipos:</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> seguro e inseguro</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. Por un lado, el</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> apego seguro</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> hace referencia a una relación de unión saludable, donde se reciben las atenciones y cuidados necesarios y suficientes para que el desarrollo sea el adecuado. En su defecto, el apego inseguro se desarrolla cuando la figura de referencia presenta determinadas carencias respecto al cuidado. Se puede clasificar en tres estilos diferentes: apego evitativo, apego ansioso-ambivalente y apego desorganizado (Langlois, 2017).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>El </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">apego evitativo</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> destaca por una manifestación del recuerdo fría. En su cuidador/a principal se encontraban carencias para responder a sus necesidades básicas. En el estilo ansioso-ambivalente, el recuerdo que se presenta es de un tono afectivo, con falta de comprensión por parte de las figuras de apego (Medina et al., 2016). Los niños con </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">apego ansioso</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> en su infancia son emocionalmente sensibles y presentan una gran dependencia hacia sus cuidadores causado por la dificultad de gestionar de forma independiente las emociones negativas y con una excesiva preocupación a dejar de ser querido y aceptado por los demás. Por último, en el </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">apego desorganizado</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, se recibieron cuidados intermitentes, en muchas ocasiones el acercamiento a los cuidadores les proporcionaba rechazo, e incluso en casos más extremos algún tipo de maltrato (Langlois, 2017). </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Según la teoría del apego, nuestras conductas en contextos relacionales, así como nuestras expectativas con respecto a las relaciones sociales se basan en las representaciones sobre nuestra forma de relacionarnos en el pasado. Se pueden modificar en función de las circunstancias y tratan cuestiones como la posibilidad de atracción de la atención al otro y saber si se es merecedor o no del cariño de su figura de apego. (Yárnoz y Comino, 2011).</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> Hazan y Shaver (1987) establecen que los tres principales estilos de apego descritos por Bowlby (1982) en sus estudios sobre la infancia se ponen de manifiesto en el amor de pareja adulto. El estilo de apego formado durante la niñez se convierte en un factor condicionante del apego adulto.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>En los adultos, </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">se sabe que las personas con apego seguro afrontan de manera más constructiva sus emociones negativas porque tienen un conocimiento sobre las mismas y buscan la ayuda y el soporte en sus figuras de apego cuando lo necesitan. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Presentan niveles más elevados de satisfacción en la relación de pareja, mayores niveles de apertura, confianza y capacidad de resolución de situaciones cotidianas que les permita un pleno disfrute </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">(Ortiz, Gómez y Apodaca, 2002). </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Por otra parte, los adultos con </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">apego evitativo presentan dificultades para mantener relaciones interpersonales a causa de la incapacidad de manejar los niveles de confianza e intimidad que se necesitan en una relación y dificultando el compromiso afectivo. </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los individuos que presentan apego ansioso-ambivalente se sienten indefensos y tienden a mostrar expresiones intensas de rabia y miedo, una estrategia para reclamar el contacto,</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> tienden a experimentar desconfianza frecuentemente, basado en un sentimiento de abandono. Este sentimiento deriva en la constante búsqueda de afecto e intimidad a causa de la inseguridad, lo que perjudica la satisfacción en la relación (Medina et al., 2016).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Las personas con un estilo de apego desorganizado son las que tienen más dificultades para presentar satisfacción en relaciones de pareja debido a que utilizan la desactivación de las necesidades de apego para afrontar situaciones íntimas que le generan malestar. La negación de las necesidades emocionales y la evitación de la intimidad generarán un terreno poco propicio para obtener gratificación en sus relaciones. Unido a la evasión en situaciones de necesidad, no dan la oportunidad a que la pareja se constituya como una fuente de contención y ayuda emocional (Barroso, 2014).</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Los estilos de apego se combinan de forma lineal a lo largo de estas dos dimensiones; por ejemplo, una persona que suele estar preocupada, se muestra atenta a cuestiones relativas al apego y no emplea estrategias de evitación para regular sus comportamientos y sentimientos. Sin embargo, una persona temerosa se encuentra interesada en cuestiones relacionadas con el apego pero, a diferencias de las preocupadas, emplea de manera típica estrategias evitativas para regular sus comportamientos y sentimientos. Ambas tendencias oscilan entre estas dos dimensiones. La inseguridad en la relación de pareja que se encuentre en dichos niveles de ansiedad y evitación, se asocian a una menor calidad de satisfacción y compromiso (Martínez et al., 2014). Todos estos aspectos nos llevan a pensar en la importancia de recibir tratos de cuidado y afecto en los primeros años de vida. </span></p><br /><br />Desire Costas Toscano </span><div><span>Psicóloga colaboradora de Latour Psicología.<br /><br /><br /><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Bibliografía</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Barroso, O. (2014). El apego adulto: La relación de los estilos de apego desarrollados en la infancia en la elección y las dinámicas de pareja. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">4(1). Recuperado de </span><a href="https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Apego_Adulto.pdf" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Apego_Adulto.pdf</span></a><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Collins, N. y Pietromonaco, P. (2017). Interpersonal Mechanisms Linking Close Relationships to Health. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">American Psychologist</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, 72(6), 531-542. </span><a href="https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/amp0000129" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">doi:10.1037/amp0000129</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hazan, C. y Shaver, P.R. (1987). Romantic love conceptualized as an attachment process. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Journal of Personality and Social Psychology</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, 52, 511-524. doi:</span><a href="https://doi.org/10.1037//0022-3514.52.3.511" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">10.1037//0022-3514.52.3.511</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Langlois, R. (2017). Attachment Theory in Adolescent Counselling. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">BU Journal of Graduate Studies in Education</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, 9(1). Recuperado en </span><a href="https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1230429.pdf" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1230429.pdf</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Martínez, J.,Fuertes, A.,Orgaz, B., Vicario, I. y González, E. (2014). Vínculos afectivos en la infancia y calidad en las relaciones de pareja de jóvenes adultos: el efecto mediador del apego actual. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Anales de psicología</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, 30(1), 211-220. Recuperado en </span><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4523499" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4523499</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Medina, C., Rivera, L. y Aguasvivas, J. (2016). El apego adulto y la calidad percibida en relaciones de pareja: Evidencias a partir de una población adulta joven. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Salud y sociedad</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, 7(3), 306-318. </span><a href="https://doi.org/10.22199/S07187475.2016.0003.00005" style="text-decoration-line: none;"><span face="Roboto, sans-serif" style="background-color: white; color: black; font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">doi:10.22199/S07187475.2016.0003.00005</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Yárnoz, S. y Comino, P. (2011). Evaluación del apego adulto: Análisis de la convergencia de diferentes instrumentos. </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Acción psicológica, </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">8(2), 67-85. doi:10.5944/ap.8.2.191</span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span></div>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-43228503231348510902023-12-11T20:32:00.002+01:002023-12-18T18:56:22.355+01:00¿Qué es la violencia obstétrica?<p> </p><span id="docs-internal-guid-c06427a2-7fff-02b7-46ae-269dfb46e9ac"><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p></span><span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil5tx8iCm1wE4kCxkn67nT-ZLWdRrHvCsuvTu-lZkGEl7-B0HhAdsz4Zjv1JWvC6cWanWZXx7JXYhAib7kWhEzG4lvjvfEeizeLP4ODeA2F7IDMsnUjJ4icvbt6iAgso2DmUMxxmTDZBLH_EGZ06LcIOLWwekb69vE-wj0562BYISSaehtAAQB2VB6QFU/s1080/%C2%BFQu%C3%A9%20es%20la%20violencia%20obst%C3%A9trica.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil5tx8iCm1wE4kCxkn67nT-ZLWdRrHvCsuvTu-lZkGEl7-B0HhAdsz4Zjv1JWvC6cWanWZXx7JXYhAib7kWhEzG4lvjvfEeizeLP4ODeA2F7IDMsnUjJ4icvbt6iAgso2DmUMxxmTDZBLH_EGZ06LcIOLWwekb69vE-wj0562BYISSaehtAAQB2VB6QFU/w382-h295/%C2%BFQu%C3%A9%20es%20la%20violencia%20obst%C3%A9trica.png" width="382" /></a></div><div style="text-align: left;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div><p style="text-align: left;"></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En 2020, el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), un tratado crucial de derechos humanos para las mujeres, emitió una condena contra España por su falta de diligencia en la protección de los derechos de una mujer y su hija, especialmente a lo referente a la atención obstétrica de calidad y libre de violencia (Castrillo, 2020). El Comité recibió el informe de la mujer (N.A.E.), que se presentó en un hospital público en Donostia, España, a las 38 semanas de gestación después de que se produjera la amniorrexis (rotura de la bolsa de agua). El hospital no respetó el período protocolario de espera de 24 horas y, sin proporcionarle información sobre las alternativas disponibles, procedió a inducir el parto prematuramente sin su consentimiento. Durante su estancia, N.A.E. experimentó múltiples tactos vaginales y no se le permitió comer. Luego, sin justificación médica, fue sometida a una cesárea en la cual tuvo los brazos atados, y en la que su esposo no pudo asistir. La cesárea fue realizada por un grupo de médicos internos residentes en formación supervisados por tutores, sin el consentimiento previo de N.A.E. Este caso es uno de los miles que han sufrido y sufren hoy en día muchas mujeres en nuestro país. No es extraño que alguien de nuestro círculo de amigos o amigas y familiares hayan sufrido esta violencia encubierta, e incluso no hayan expresado ningún tipo de abuso debido a la normalización que existe en nuestra sociedad, llegando a desacreditar continuamente los testimonios de cada una de las mujeres que ha pasado por el embarazo. </span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La violencia obstétrica se refiere a situaciones en las que las mujeres experimentan abuso, maltrato, falta de respeto o discriminación durante el proceso de atención médica relacionado con el embarazo, el parto y el posparto (Silva MG et al., 2014). Esto puede incluir procedimientos innecesarios, falta de información adecuada, falta de consentimiento informado, trato deshumanizado o cualquier forma de violencia física o verbal, como por ejemplo episiotomías sin consentimiento, intervenciones dolorosas sin anestésicos, obligar a parir en una determinada posición o proveer una medicación excesiva e innecesaria que podría generar complicaciones graves. Además se puede dar violencia psicológica, como dar un trato infantil, paternalista, autoritario, despectivo, humillantes a través de insultos verbales y tratando de despersonalizar a la paciente (Araujo-Cuauro JC, 2019). </span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Quizás este concepto no sea tan manifiesto como otros tipos de violencias ejercidas hacia las mujeres, sin embargo se trata de un viejo problema que se ha transformado en un concepto novedoso. Por lo que, estamos hablando de una violencia estructural e institucional que emana de una cultura patriarcal que ha afectado al ámbito médico, que conlleva a que se proporcione, por parte del ámbito sanitario, un trato deshumanizador, el abuso de medicamentos y patologización de los procesos naturales del parto, provocando la falta de autonomía y la capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y su propia sexualidad, dando lugar a un impacto negativo en su calidad de vida (LLobera et al., 2017).</span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Algunos estudios muestran que la violencia ejercida en el parto puede ser provocada por el síndrome de burnout que existe en los/las profesionales del parto (Pintado-Cucarella et al., 2015). Entre las causas de esta violencia podemos encontrar la normas culturales y de género que desvalorizan a las mujeres o se les niega su autonomía, la falta de conciencia de las madres sobre este tipo de violencia que da lugar a que no denuncien, la carga de trabajo y/o los pocos recursos de los sanitarios, los estereotipos y prejuicios de género que pueden influir en la forma en que se trata a las mujeres durante el parto y el embarazo, la desinformación que tienen los/las profesionales de la salud que les lleva a no saber identificar ni gestionar las prácticas del parto (García, 2018). Todo esto conlleva que en lugar de actuar ante esta violencia que se ejerce sobre las mujeres, los sanitarios y sanitarias critican la terminología de violencia obstétrica, ya que la palabra “violencia” se considera una contradicción a la labor que tienen ellos de cuidar y curar a sus pacientes.</span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La normalización de este tipo de violencia impide que se cuestionen estas experiencias, lo que permite que la práctica médica continúe influyendo en la creación de una actitud de conformidad ante estas situaciones. Esto lleva a una aceptación silenciosa por parte de muchas mujeres de este enfoque de salud, que se deriva de un paradigma social más arraigado. Este paradigma social crea una imagen distorsionada de los procesos fisiológicos de las mujeres, considerándolos como patológicos y fuera de control, lo que, a su vez, refuerza la necesidad de atención médica constante. Por ello, es importante promover espacios donde se facilite una comunicación abierta, permitiendo el intercambio de opiniones y perspectivas. En este sentido, sería beneficioso establecer un plan de parto que garantice la plena autonomía de las mujeres. Además, es esencial destacar la necesidad de hacer visible la violencia de género en el entorno médico, promover investigaciones relacionadas con la violencia obstétrica y llevar a cabo intervenciones que fortalezcan la independencia de los pacientes.</span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Desde la perspectiva psicológica se puede intervenir en esta problemática a las madres a través del apoyo emocional, terapia individual o de pareja, sesiones de sensibilización, técnicas terapéuticas centradas en el trauma, fomentar la autoaceptación y técnicas de afrontamiento para abordar el impacto psicológico de esa experiencia con profesionales de la salud mental. Además, es fundamental trabajar con profesionales de la medicina, mediante la educación continua, sesiones de sensibilización, entrenamiento de una comunicación empática, revisión de protocolos, apoyo psicológica para profesionales y la colaboración entre profesionales de la salud, psicólogos y trabajadores sociales para abordar integralmente el impacto emocional de la violencia obstétrica en las mujeres y sus familias. </span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span class="Apple-tab-span" style="text-wrap: nowrap;"> </span></span><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> </span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En definitiva, reconocer la presencia de la violencia obstétrica en nuestro sistema de atención médica es fundamental para ofrecer, tanto a las futuras como recientes madres, una atención digna, respetuosa y segura por parte de del ámbito sanitario, empezando por cambiar las políticas para que aboguen por los derechos humanos de todas las madres, además del reconocimiento social de las mujeres que han sufrido este abuso. Por ello es necesario ofrecer una visibilidad activista de esta problemática a la sociedad para que así se respeten y tomen conciencia de la negligencia que se lleva ejerciendo durante siglos a las mujeres en el momento del embarazo, en el parto y post-parto. </span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: 14.6667px; text-indent: 0px;">.</span></span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-indent: 0px; white-space-collapse: preserve;">Bibliografia</span></p></span><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span><span style="font-size: 14.6667px; text-indent: 0px; white-space-collapse: preserve;">- </span></span>García, M. (2018). La violencia obstétrica como violencia de género. Estudio etnográfico de la violencia asistencial en el embarazo y el parto en España y de la percepción de usuarias y profesionales.</p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"> [Tesis doctoral]. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.</p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Castellano, M. Delia, C. (2023). ¿Existe la violencia obstétrica?. Cadernos Ibero-</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Americanos de Direito Sanitário, Brasília, 12 (1), 36-52, jan./mar.</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Cabral, S. Perez, D. (2019) Violencia Obstétrica: producción científica de psicólogos </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">sobre el tema. Ecos V 9, n 2.</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- González Zabaleta, J. A., &amp; Suarez Caro, G. A. (2017). Violencia obstétrica por parte del </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">personal de salud revisión sistemática. Instituto de Salud Pública.</span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Jojoa-Tobar, E., Cuchumbe-Sánchez, Y. D., Ledesma-Rengifo, J. B., Muñoz-Mosquera, </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">M. C., Campo, A. M. P., &amp; Suarez-Bravo, J. P. (2019). Violencia obstétrica: haciendo </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">visible lo invisible. Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud, 51(2), 135-</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">146.</span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Fernández, O.(2014). Estrés postraumático secundario en profesionales de la atención </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">al parto. Aproximación al concepto de violencia obstétrica. C Med Psicosom.</span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Araujo-Cuauro, J. C. (2019). Obstetric violence: a hidden dehumanizing practice, </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">exercised by medical care personnel. Is it a public health and human rights problem?. </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Rev Mex Med Forense, (4), 1–11.</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- Pintado-Cucarella, S. Penagos-Corzo, J. C. Casas-Arellano, M. A. (2015) Síndrome de </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">desgaste profesional en médicos y recepción de la violencia obstétrica. Ginecol</span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Obstet Mex..</span></p><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">- García, E. (2018). La violencia obstétrica como violencia de género. Doctoral </span><span style="font-size: 14.6667px; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">dissertation, Universidad Autónoma de Madrid.</span></p><span><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: 14.6667px; text-indent: 0px; white-space-collapse: preserve;">
Cristina Recio Martín - Psicóloga.
Colaboradora de Latour Psicología</span></span></p><div style="text-align: left;"><br /></div><p style="line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><br /></p></span>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-21620591034999406522023-07-13T18:17:00.005+02:002023-11-29T20:22:25.053+01:00¿Relaciones sanas en la pareja?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtnaCKIvC-gxjGHM8fEjRIIU4KvL7KhTgDSgeoiNb8FSv57aKIx0Ad4iYmloj-pMMCDWxX3ASBzgWEg7rfp1SENFgRf9qZpT-0g-Imk974uPim6-xqzzqZ9UH9CggDXjSFOw1gs83dXtHL85Xqr7XmgJJoVzYQANy49F-V2vAEJNOuxbPFqo5qU7Umb0g/s600/casalfeliz.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="454" data-original-width="600" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtnaCKIvC-gxjGHM8fEjRIIU4KvL7KhTgDSgeoiNb8FSv57aKIx0Ad4iYmloj-pMMCDWxX3ASBzgWEg7rfp1SENFgRf9qZpT-0g-Imk974uPim6-xqzzqZ9UH9CggDXjSFOw1gs83dXtHL85Xqr7XmgJJoVzYQANy49F-V2vAEJNOuxbPFqo5qU7Umb0g/s320/casalfeliz.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Son muchas las parejas que acuden a sesiones con problemas en cuanto
a su relación. Por ello, planteamos a continuación información
útil sobre cómo establecer relaciones de calidad.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Cuando queremos tener relaciones sanas, debemos saber que estas no se
encuentran porque sí, sino que debemos construirlas. Estas están
caracterizadas por el respeto, la confianza, la comunicación, el
amor y el disfrute, entre otras cuestiones.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
En 1988, Robert Sternberg formula la Teoría Triangular del Amor
donde nos habla de los tipos de amor que existen y cuales son las
variables que los componen en función del tipo de amor. Dichas
variables son: la intimidad, el compromiso y la pasión.
</p>
<ul>
<li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Intimidad: implica la sensación de sentirse comprendido y de
comprender al otro dentro de la relación.
</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Deseo: implica la percepción de querer mantener intimidad física
con la pareja.</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Compromiso: se refiere al hecho de construir proyectos en común, de
mostrar implicación por ambos miembros en la construcción y
mantenimiento de la pareja.</p>
</li></ul>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Este autor define hasta 7 tipos de amor, donde podemos encontrar el
amor romántico (intimidad + pasión), el amor sociable (intimidad +
compromiso) o el amor fatuo (compromiso + pasión), entre otros.
Aunque para este autor, el amor ideal sería el amor consumado,
compuesto por las tres variables descritas anteriormente (intimidad +
pasión + compromiso).
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Dentro de la idea que tenemos de amor, también existen ciertos mitos
o creencias que dificultan el establecimiento de vínculos sanos.
Algunos ejemplos podrían ser que “el amor todo lo puede” o “hay
que sufrir por amor”. Cuando una relación nos hace sufrir, podemos
definir este vínculo como “tóxico” o “dañino”, aunque no
debemos catalogar a la persona con esta etiqueta, sino a la relación
que entablamos con él o ella.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Las relaciones tóxicas o dañinas, suelen presentar ciertos
elementos sobre los que debemos prestar especial atención. Entre
estos se encuentra la dependencia emocional y la codependencia.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Podríamos definir la dependencia emocional como la incapacidad para
funcionar adecuadamente sin la aprobación y el apoyo de la pareja,
esto fomenta a medio-largo plazo el sentimiento de inseguridad, y
supone una dificultad a la hora de dejar una relación por sentir un
enganche o necesidad afectiva con esa persona, mientras que la
codependencia sería la necesidad de ayudar y agradar al otro, sobre
pensando constantemente lo que el otro miembro de la relación
necesita.</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
Una de las características más comunes de una relación
disfuncional es la intermitencia en el cuidado del vínculo por una o
ambas partes, que crea adicción a la persona, por ejemplo:</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
<i>Marta y Pablo mantienen una relación desde hace tres meses. A
menudo Marta siente que Pablo no está del todo implicado en la
relación como sí lo estaba al comienzo de esta. Ella siente que en
ocasiones él la deja de lado y otras veces es muy efusivo. Esto hace
que Marta sienta una montaña rusa de emociones.</i></p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br />
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.27cm;">
La intensidad e intermitencia de estos estímulos es lo que genera
esa “adicción” hacia la relación con Pablo (como cualquier otro
tipo de adicción, como por ejemplo el juego). Es decir, Marta nunca
sabe cuándo se producirá esta conducta positiva, la cual podemos
entender como un refuerzo, que fomenta el mantenimiento de la
relación. En conclusión, aunque en los momentos complicados Marta
se replantee la relación, los momentos buenos crean la ilusión de
que la relación merece la pena, fomentando esa adicción y
dependencia emocional hacia Pablo, haciendo más complicada la
ruptura.</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">A
continuación, se incluyen una serie de recomendaciones para mantener
relaciones sanas:(más personal)</p>
<ul>
<li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Ser un equipo: las decisiones en la pareja deben tomarse de forma
conjunta, no de manera impuesta. Es decir, ambos miembros de la
relación deben estar conformes con los acuerdos tomados, por ello,
se destaca la importancia de ceder, siempre que no se sobrepasen
nuestros límites personales (por lo que es necesario conocer
nuestros límites para no sobrepasarlos).</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Respetarse y valorarse: es muy importante tratar los diferentes
temas desde una perspectiva constructiva, es decir, sin la intención
de herir al otro cuando se muestra disconformidad. Debemos trasladar
las cuestiones que nos preocupan con la idea de construir soluciones
conjuntas. Esto se aplica tanto al ámbito privado como al público,
es decir, tanto a la intimidad de la pareja como cuando se
encuentran con otras personas.
</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Confianza y conversación: Se destaca la importancia del espacio
privado de cada individuo, entendiendo que aunque tengamos nuestro
espacio en pareja no debemos descuidar nuestro ocio personal y otros
vínculos ajenos a la pareja, como familia y/o amigos.
</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Disfrute: en las relaciones es fundamental que exista más bienestar
que malestar, siempre que estas situaciones negativas no supongan un
traspaso de los límites personales ni impliquen violencia. Se añade
la importancia de pasar tiempo de calidad en pareja, es decir,
dedicar tiempo a realizar actividades placenteras juntos y que
aumenten la conexión de la pareja (noche de cine, cena romántica,
paseo viendo la puesta de sol, etc.).
</p>
</li></ul>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">A
modo de conclusión, se debe tener en cuenta que estas
recomendaciones pueden ayudar a mantener unas buenas dinámicas de
pareja, sin embargo, si creen que tienen dificultades en su relación
no duden en acudir a un profesional de la psicología.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">Referencias:</p>
<ul>
<li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Sternberg, R. (1989). El triángulo del amor. Barcelona; Paidós.
</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Lara, L., Providell, L., & Labra, P. (2020). Relaciones sanas.
Recuperado de
https://www.researchgate.net/profile/Laura-Lara-11/publication/343583963_Relaciones_sanas_Guia_para_la_prevencion_de_la_violencia_en_las_relaciones_de_pareja_joven/links/5f32b0f692851cd302ef1185/Relaciones-sanas-Guia-para-la-prevencion-de-la-violencia-en-las-relaciones-de-pareja-joven.pdf</p>
</li><li><p align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Esclapez, M. (2022). Me quiero, te quiero: una guía para
desarrollar relaciones sanas (y mejorar las que ya tienes).
Barcelona; Bruguera.</p></li></ul><br /><div style="text-align: right;">Helena Guimerá Rosety - Psicóloga</div><div style="text-align: right;">Julia de la Torre Murillo - Psicóloga</div><div style="text-align: justify;"></div>
<p style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">Colaboradoras con Latour Psicología</p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-56506249388487180672022-11-17T18:36:00.006+01:002022-11-17T18:42:44.832+01:00Autorregulación emocional<p style="text-align: center;"> </p><p style="text-align: center;"><span style="color: #800180; font-size: medium;"><b>AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL</b></span></p><p style="text-align: center;"><img alt="Autorregulación emocional: qué es y cómo mejorarla - Desarrollo personal - Blog dosis de psicología | Emocional, Autorregulación, Emociones" class="n3VNCb KAlRDb" data-noaft="1" height="266" jsaction="load:XAeZkd;" jsname="HiaYvf" src="https://i.pinimg.com/originals/03/c7/59/03c7594503edf25383022b2f2c03b139.png" style="height: 341px; margin: 0px; text-align: start; width: 400px;" width="400" /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">La autorregulación</span><span style="font-family: Poppins;"> implica la capacidad que tiene cada persona de canalizar (regular o dirigir) nuestra experiencia emocional.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">¿Y que es canalizar? Canalizar emocionales es identificarlas, expresarlas de un modo adecuado, con la persona adecuada, y de la forma adecuada, ademas de, LO MÁS IMPORTANTE, leer el mensaje que nos dan.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">Hacer una buena gestión no significa contener o reprimir, ni tampoco potenciar la expresión desatada de las emociones, IMPLICA ENCONTRAR UNA SALIDA QUE SEA ADECUADA A CADA EMOCION, VALORANDO CUÁL ES LA OPCIÓN MÁS EFECTIVA PARA UNO MISMO.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">Cuánto más desarrollada tengamos la conciencia emocional, más fácil será hacer una buena gestión emocional.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">Gran parte de las dificultades emocionales que experimentamos proceden de ir añadiendo emociones mal canalizadas (CARGAS EMOCIONALES), o de que se cronifiquen.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">Las emociones son una buena fuente de información que acompañará al autoconocimiento, es decir, desde las conductas hasta los principios es uno de los ingredientes importantes para movilizar mi comportamiento o paralizarlo en función a su gestión.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">La autorregulación me va a servir para utilizar las emociones en ese comportamiento y su correspondiente gestión a través de la gestión de los sentimientos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;">Todo este proceso me va a dar SERENIDAD, al estar relacionado el autoconocimiento con la autorregulación emocional.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins;"><br /></span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: Poppins; font-size: x-small;">Bárbara Basallote Quirós</span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: Poppins; font-size: x-small;">Psicóloga</span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: Poppins; font-size: x-small;">Coach y Experta en Inteligencia Emocional</span></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-22807199973434093772021-03-25T17:21:00.001+01:002021-03-25T17:23:12.431+01:00Cuentos psicoterapéuticos <h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444; font-size: small;">¿Cómo crecer?</span></h3><p><span style="color: #444444;">Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: «Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda».</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #444444; font-size: medium;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-_NpcuPpjEvg/YFy4TcGMFhI/AAAAAAAAA-0/_S20gmgiG_MHCazyAF4d0dSWoEnFS5_UgCLcBGAsYHQ/s2048/fresia%2Bfloreciendo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1639" height="307" src="https://1.bp.blogspot.com/-_NpcuPpjEvg/YFy4TcGMFhI/AAAAAAAAA-0/_S20gmgiG_MHCazyAF4d0dSWoEnFS5_UgCLcBGAsYHQ/w246-h307/fresia%2Bfloreciendo.jpg" width="246" /></a></span></div><span style="color: #444444; font-size: medium;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-52330468030219134412021-03-04T12:07:00.011+01:002021-03-05T12:20:18.849+01:00Cuentos psicoterapéuticos<h3 style="text-align: left;"><span style="background-color: white;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; color: #444444; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-e9rmsqbjD_0/YEIThwwFBOI/AAAAAAAAA-Y/t-TxdRWEoqIgFZgMS8Sh9jviKDWxba9TwCLcBGAsYHQ/s645/frasco.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="645" data-original-width="500" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-e9rmsqbjD_0/YEIThwwFBOI/AAAAAAAAA-Y/t-TxdRWEoqIgFZgMS8Sh9jviKDWxba9TwCLcBGAsYHQ/w318-h320/frasco.png" width="318" /></a></div><div style="text-align: right;"><span style="color: #444444;"><br /></span></div><span style="color: #444444;">Un bote lleno de sabiduría </span></span></span></h3><p><span style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Un profesor, delante de su clase de Filosofía y sin decir palabra, tomó un frasco grande y vacío de mayonesa y procedió a llenarlo con pelotas de golf. </span></span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Luego le preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Así que el profesor tomo una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco de mayonesa. Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno, ellos volvieron a decir que sí. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Luego el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco. Por supuesto, la arena lleno todos los espacios vacíos, así que el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un ‘sí’ unánime. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">El profesor enseguida agregó dos tazas de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Quiero que se os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor... todo lo que te apasiona. Son cosas, que aún si todo lo demás lo perdiéramos y solo éstas quedaran, nuestras vidas aún estarían llenas.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Las canicas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el coche...</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Si le damos prioridad a la arena en el frasco, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida. Si invertimos nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua. Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan y establece tus prioridades, el resto es solo arena. </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Una de los estudiantes levantó la mano y preguntó por lo que representaba el café. El profesor sonrió y dijo: </span></p><p style="background-color: white; border: 0px; margin: 0px 0px 2em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">–¡Me encanta que me hagas esta pregunta! Es para demostrar que, aunque tu vida te parezca llena, siempre hay lugar para dos tazas de café con un amigo.</span></span></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-55440941639970387722021-02-26T11:31:00.003+01:002021-02-26T11:31:59.765+01:00Sobre los miedos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-wZy6xEs7AmA/YDjNo2e-FYI/AAAAAAAAA-E/ev9zJ2buEM88_o0mVFY4tpXrYL5BinXOACLcBGAsYHQ/s1080/WhatsApp%2BImage%2B2021-02-21%2Bat%2B12.51.14.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1058" data-original-width="1080" height="359" src="https://1.bp.blogspot.com/-wZy6xEs7AmA/YDjNo2e-FYI/AAAAAAAAA-E/ev9zJ2buEM88_o0mVFY4tpXrYL5BinXOACLcBGAsYHQ/w367-h359/WhatsApp%2BImage%2B2021-02-21%2Bat%2B12.51.14.jpeg" width="367" /></a></div><br /><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-14474516580976506322021-02-25T13:26:00.002+01:002021-02-26T12:13:52.043+01:00Cuentos psicoterapéuticos<p></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444;">El regalo </span></h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/_RP1GsCyoAE" width="320" youtube-src-id="_RP1GsCyoAE"></iframe></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p><br /></p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="color: #f6b26b; font-size: medium;">Cortometraje "The Present"</span></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="color: #f6b26b; font-size: medium;"><br /></span></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="color: #f6b26b; font-size: medium;"> Jacob Frey </span></b></div><br /><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-54926608963134563722021-02-21T12:11:00.000+01:002021-02-26T12:11:44.363+01:00Las bases del llanto (Sandra Correa)<p><span style="font-family: times;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: times;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-fehZCw5MURM/YDjXFSIgbYI/AAAAAAAAA-M/04l7DY35KOUnZaKgVDACBJoCHcygdDp_wCLcBGAsYHQ/s1024/llanto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-fehZCw5MURM/YDjXFSIgbYI/AAAAAAAAA-M/04l7DY35KOUnZaKgVDACBJoCHcygdDp_wCLcBGAsYHQ/s320/llanto.jpg" /></a></span></div><span style="font-family: times;"><br /><span style="background-color: white; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px;"><br /></span></span><p></p><p><span style="font-family: times;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px;">Al nacer, nuestra primera interacción con el mundo es el llanto. Posteriormente, lo usamos como una forma de comunicación, para hacer saber a nuestra madre o padre que tenemos hambre o frío. Luego </span><strong style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px;">lloramos por dolor, por tristeza, pero también por alegría, y a veces no sabemos por qué.</strong><span style="background-color: white; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px;"> Sin embargo, está claro que el llanto tiene una función tanto social como fisiológica; a continuación exploraremos las bases neuronales, fisiológicas y psicológicas de las lágrimas y el llanto.</span></span></p><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>¿Por qué lloramos?</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Aparentemente, no solo los seres humanos, sino en general todos los mamíferos tienen una forma de llorar. Desde una perspectiva biológica, más allá de la <strong style="box-sizing: border-box;">segregación de lágrimas</strong>, hace referencia a <strong style="box-sizing: border-box;">una serie de sonidos que indican malestar</strong> (Newman, 2007).</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Esta forma de comunicación, ha evolucionado a lo largo de los siglos y las especies, pues constituye una forma de comunicación fundamental para <strong style="box-sizing: border-box;">garantizar la supervivencia</strong> de la cría (Newman, 2007).</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Sin embargo, específicamente en humanos, se define el llanto como <strong style="box-sizing: border-box;">la segregación de lágrimas desde las estructuras lacrimales que, especialmente en momentos de tristeza, pueden están acompañadas de expresiones faciales características, vocalizaciones, e inhalaciones y exhalaciones fuertes -casi convulsivas-</strong> (Rottenberg, et al., 2002).</span></p><div class="3e7e7bf36809dd0546ae5e4cef301a93" data-index="2" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; float: none; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin: 10px 0px; text-align: center;"><ins class="adsbygoogle" data-ad-client="ca-pub-5031245168865250" data-ad-format="fluid" data-ad-layout="in-article" data-ad-slot="7174745493" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; box-sizing: border-box; display: block; text-decoration-line: none;"></ins></div><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>¿Por qué lloramos cuando somos adultos?</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Mientras que en los niños y niñas el llanto cumple una función de supervivencia y como medio para incrementar el vínculo con los cuidadores, las personas adultas lloramos por motivos que son más complejos. <strong style="box-sizing: border-box;">Como adultos, lloramos porque necesitamos aliviar el malestar, motivándonos a ejecutar una acción para generar en otros una respuesta empática o para promover una homeostasis fisiológica </strong>(Rottenberg, et al., 2002).</span></p><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Teoría de los dos componentes</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Adicionalmente, la teoría cognitiva sostiene que, para que se presente el llanto no importa si estamos felices o tristes, sino que se compone de dos situaciones clave (Pelowski, 2015):</span></p><ul style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin-bottom: 26px; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 0px;"><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Inicialmente, se debe presentar una <strong style="box-sizing: border-box;">disonancia cognitiva entre las expectativas y la percepción</strong>, lo cual genera un periodo de tensión o ansiedad, en la que se busca ajustar dicha disonancia.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 0px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Posteriormente, puede haber un <strong style="box-sizing: border-box;">desencadenante psicológico o externo</strong>, que permite procesar la disonancia, y finalmente causa las lágrimas.</span></li></ul><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>El llanto como la interacción compleja de diversos sistemas</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Otros investigadores proponen que <strong style="box-sizing: border-box;">el llanto es la interacción de procesos psicológicos, biológicos, cognitivos y sociales.</strong> De acuerdo con esta teoría, para que una persona llore, se debe tener en cuenta (Vingerhoets, et al., 2000):</span></p><ul style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin-bottom: 26px; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 0px;"><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Cada individuo evalúa los eventos ambientales de acuerdo con una postura, que puede ser individual o bajo una estructura social.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Individualmente, para esta evaluación se puede incluir el estado emocional previo, las metas y expectativas, la relevancia del estímulo, las experiencias previas, y la habilidad para adaptarse a esta situación.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Cada situación puede elicitar varias emociones diferentes.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">La evaluación de la situación genera una serie de respuestas funcionales –fisiológicas, expresivas, experimentales y comportamentales–</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">La experiencia suele ser modulada –exagerada, disminuida o inhibida del todo-.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 0px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Finalmente, puede generarse el llanto, el cual puede ser asociado con una sensación de no poder adaptarse o responder ante la situación evaluada.</span></li></ul><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Bases neuronales del llanto</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Los modelos humanos y animales han propuesto que, cuanto más joven es el infante, menos áreas corticales se activan cuando llora; debido a esto, se denomina<strong style="box-sizing: border-box;"> modelo del tallo cerebral</strong>, según el cual, el área de mayor activación es la materia gris periacuductual (Newman, 2007).</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Se ha encontrado evidencia de que el llanto también se puede relacionar con una activación en el <strong style="box-sizing: border-box;">giro cingulado y la amígdala</strong>, los cuales forman parte del sistema límbico, conocido por su papel fundamental en la elaboración y expresión emocional (Newman, 2007).</span></p><div class="3e7e7bf36809dd0546ae5e4cef301a93" data-index="3" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; float: none; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin: 10px 0px; text-align: center;"><ins class="adsbygoogle" data-ad-client="ca-pub-5031245168865250" data-ad-format="fluid" data-ad-layout="in-article" data-ad-slot="7333871050" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; box-sizing: border-box; display: block; text-decoration-line: none;"></ins></div><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Por lo tanto, se puede hacer una diferenciación entre el llanto ‘evolutivo’, que permite que las necesidades básicas sean atendidas, y un llanto de carácter más emocional.</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;"><strong style="box-sizing: border-box;">Los lagrimales están bajo el control del sistema nervioso simpático y parasimpático.</strong> La principal glándula lagrimal está inervada por los pares craneales quinto –trigémino– y séptimo –facial-. Adicionalmente, tiene conexiones con otras áreas corticales como la corteza prefrontal, los ganglios basales, el tálamo y el hipotálamo (Vingerhoets, et al., 2000).</span></p><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Depresión y llanto</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">Aunque teóricamente, las personas con depresión suelen llorar con mayor frecuencia, las investigaciones actuales no han encontrado mayor evidencia de este hecho. Algunas investigaciones han encontrado que es más común que se presente llanto en personas con inestabilidad emocional, que en aquellas clínicamente deprimidas. Incluso, <strong style="box-sizing: border-box;">en estados más profundos de depresión, se anula el llanto casi por completo; esto puede relacionarse con una disminución significativa en la activación emocional en estos pacientes</strong> (Rottenberg, et al., 2002)</span></p><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Variables sociodemográficas que influyen en por qué lloramos</i></span></h3><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;"><strong style="box-sizing: border-box;">Aunque todos los seres humanos </strong>–obviando aquellos con patologías específicas– <strong style="box-sizing: border-box;">estamos en disposición de llorar, existen variables sociodemográficas que intervienen en la posibilidad de hacerlo</strong>. Dentro de estas se encuentran (Vingerhoets, et al., 2000):</span></p><ul style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin-bottom: 26px; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 0px;"><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">La frecuencia e intensidad del llanto decrecen con la edad.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">La influencia social del género en el llanto aparece alrededor de los 13 años de edad. Sin embargo, la frecuencia o intensidad del llanto no es algo que sea determinado por el género, sino por características individuales.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Algunos estudios sugieren que mientras los hombres suelen llorar más por tristeza y razones positivas –incluidas representaciones artísticas-, las mujeres suelen hacerlo por ansiedad, miedo e ira.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Los hombres que se apegan a roles de género tradicionales y con baja escolaridad suelen llorar menos, que aquellos que aceptan roles más flexibles y tienen mayor escolaridad.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Las mujeres con cargos laborales más altos, tienden a llorar menos.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Terapeutas y profesionales en enfermería suelen llorar más que aquellos que se desempeñan en el área de la ingeniería o el ejército.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 10px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">Las situaciones consideradas tiernas o dulces son las que suelen hacer llorar a las personas mayores con mayor frecuencia.</span></li><li style="box-sizing: border-box; line-height: inherit; margin-bottom: 0px; margin-left: 21px;"><span style="font-family: times;">En la adultez, solemos llorar más cuando estamos solos.</span></li></ul><h3 style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-weight: 400; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.3; margin: 30px auto 20px; text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Conclusiones</i></span></h3><div class="wp-block-ps2id-block-target _mPS2id-t mPS2id-target mPS2id-target-first mPS2id-target-last" id="fuentes-verificadas" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; margin-left: auto; margin-right: auto;"></div><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><span style="font-family: times;">En conclusión, si nos preguntamos ¿por qué lloramos?, la respuesta puede ser muy amplia. El llanto inició como una forma de <strong style="box-sizing: border-box;">comunicación evolutiva entre los mamíferos</strong>, y a medida que se desarrolló la especie, adoptó <strong style="box-sizing: border-box;">múltiples significados sociales y culturales</strong>, relacionados con manifestaciones de la expresividad emocional.</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word;"><a href="https://www.menteyciencia.com/por-que-lloramos-bases-del-llanto-y-las-lagrimas/?fbclid=IwAR0mZo2s8Pxsc9xFV8Q4a2614yc_mdgQuup9Iv_ReTOwM_f2cDnqHfAGUdw">https://www.menteyciencia.com/por-que-lloramos-bases-del-llanto-y-las-lagrimas/?fbclid=IwAR0mZo2s8Pxsc9xFV8Q4a2614yc_mdgQuup9Iv_ReTOwM_f2cDnqHfAGUdw</a><br /></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word; text-align: center;"><span style="color: #e69138; font-family: times;"><b>Artículo escrito y avalado por la psicóloga Sandra Correa</b></span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-size: 18px; letter-spacing: -0.1px; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word; text-align: center;"><span style="color: #e69138; font-family: times;"><b>Mente y Ciencia </b></span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.6; margin: 0px auto 26px; overflow-wrap: break-word; text-align: center;"><br /></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-40984362769346480322021-02-18T12:42:00.005+01:002021-02-25T13:36:11.637+01:00Cuentos psicoterapéuticos <h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444; font-family: times;">Entre líneas</span></h3><div><div class="kvgmc6g5 cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Durante una broma, un estudiante pegó un papel en la espalda de su compañero de clase que decía ′′ Soy estúpido " y pidió al resto de la clase que no se lo dijera al chico, así que los estudiantes comenzaron a reírse una y otra vez...</span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Comenzó la clase de matemáticas por la tarde y su profesor escribió una pregunta difícil en el pizarrón.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Nadie pudo contestar excepto el chico con la pegatina.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">En medio de las risitas inexplicables, caminó hacia la pizarra y resolvió el problema.</span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">El profesor pidió a la clase que lo aplaudiera y le quitasen el papel de la espalda.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Luego le dijo: ′′ Parece que no sabes sobre el papel que uno de tus compañeros de clase ha pegado en tu espalda."</span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Miró a la clase, diré dos cosas:<br /></span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Primero, a lo largo de sus vidas, la gente les pondrá etiquetas con muchas palabras desagradables para detener tu progreso.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Si su compañero de clase hubiera sabido sobre el papel, no se habría levantado para responder a la pregunta.</span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Todo lo que tienen que hacer en la vida es ignorar las etiquetas que la gente pone y aprovechar cada oportunidad que tienen para aprender, crecer y mejorarse a sí mismo.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Segundo, está claro que no existe ningún amigo leal entre todos ustedes para hablarle de la pegatina.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">No importa cuántos amigos tengan, es la lealtad que comparten con sus amigos lo que cuenta.</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">Si no tienen amigos que puedan defenderlos a sus espaldas, que puedan cuidarlos, protegerlos y que realmente se preocupan por ustedes, es mejor estar solo.</span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;">¡Elige a tus amigos sabiamente!</span></div><div dir="auto"><span style="color: #444444; font-family: times;"><br /></span></div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><b><span style="color: #e69138;"><span style="font-family: times;">- Alas y Raíces</span><span style="font-family: inherit;"> -</span></span></b></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Kofp0HppKqc/YC5SfuoINtI/AAAAAAAAA9s/x8oWA_iQYY85IE4kGKnPtfualeWVAviswCLcBGAsYHQ/s1200/etiquetas-infantiles-autoestima-marcaropa-1200x672.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="672" data-original-width="1200" src="https://1.bp.blogspot.com/-Kofp0HppKqc/YC5SfuoINtI/AAAAAAAAA9s/x8oWA_iQYY85IE4kGKnPtfualeWVAviswCLcBGAsYHQ/s320/etiquetas-infantiles-autoestima-marcaropa-1200x672.jpg" width="320" /></a></div></div>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-28128973494178212182021-02-11T10:45:00.005+01:002021-02-25T13:39:54.830+01:00Cuentos psicoterapéuticos <h3 style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Yg_hMN1IFLU/YCZQdoutm3I/AAAAAAAAA9g/KF9F_uWIcigtmZCPRAWEESDLcYNPgZbyQCLcBGAsYHQ/s612/mandala%2Bbudista.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="426" data-original-width="612" height="193" src="https://1.bp.blogspot.com/-Yg_hMN1IFLU/YCZQdoutm3I/AAAAAAAAA9g/KF9F_uWIcigtmZCPRAWEESDLcYNPgZbyQCLcBGAsYHQ/w277-h193/mandala%2Bbudista.jpg" width="277" /></a></div><span style="color: #444444;"><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444;"><br /></span></h3><span style="font-family: times;">El problema </span></span></h3><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span style="color: #444444; font-family: times;">Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes más ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevárselas a cabo. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de guardián. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnífica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo: -―He aquí el problema. Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva. Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro.</span><span style="color: #444444; font-family: times;"><br /></span><span style="color: #444444; font-family: times;">Los monjes se quedaron como petrificados en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas… ¿Qué representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado de tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la flor? Eran tantas preguntas…</span><span style="color: #444444; font-family: times;"><br /></span><span style="color: #444444; font-family: times;">En un momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y … zas!! Destruyó todo de un solo golpe. Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo: ―Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro Guardián del Monasterio.</span></span></div>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-24885643068378129562021-02-04T12:38:00.003+01:002021-02-25T13:40:17.556+01:00Cuentos psicoterapéuticos<h3 style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ee7csNiTxZ4/YB0tzSKOSiI/AAAAAAAAA9Q/HXYbsap1N1UTAboyN7Dksiol_JAp6RN2ACLcBGAsYHQ/s284/descarga.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="177" data-original-width="284" src="https://1.bp.blogspot.com/-ee7csNiTxZ4/YB0tzSKOSiI/AAAAAAAAA9Q/HXYbsap1N1UTAboyN7Dksiol_JAp6RN2ACLcBGAsYHQ/s0/descarga.jpg" /></a></div><span style="color: #444444;">El peso de un vaso de agua</span></h3><div><div dir="auto" style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: #444444;"> </span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Un psicólogo estaba desarrollando una sesión grupal cuando, de repente, levantó un vaso de agua. Todos esperaban la típica pregunta: “¿Está medio lleno o medio vacío?”</span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Sin embargo, preguntó:</span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">– ¿Cuánto pesa este vaso?</span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;">Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo les respondió:</span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br /><span style="color: #444444;"></span></span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span style="color: #444444;">– El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no representará un problema, pero si lo sostengo durante una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no ha cambiado, siempre es el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve. </span><span style="background-color: transparent;"><span style="color: #444444;">Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. </span></span><span style="background-color: transparent; color: #444444;">Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.</span></span></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><span style="background-color: transparent; color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></div><p data-adtags-visited="true" style="margin: 0px 0px 10px; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: medium;"><span face="Raleway, Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times;">Hay que aprender a soltar los vasos…</span></span><a href="https://yolandacuevaspsicologa.files.wordpress.com/2014/05/alogoyc4-bis-2-copia.png" style="background-color: white; color: #787111; font-family: Raleway, Helvetica, Arial, sans-serif; text-decoration-line: none;"></a></span></p></div><div><span style="color: #444444; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span><span style="color: #444444;"><br /></span></div>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-63056062584559085742021-01-28T19:48:00.003+01:002021-02-25T13:41:03.620+01:00Cuentos psicoterapéuticos<h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444;"><b>Las ranas en la nata</b></span></h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-XoLE7rANZt8/YBMDbtv21mI/AAAAAAAAA80/esrEwzJBLjYuzSw8YjHPObbhpJm4SbvrQCLcBGAsYHQ/s443/unnamed.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="color: #666666;"><img border="0" data-original-height="336" data-original-width="443" height="182" src="https://1.bp.blogspot.com/-XoLE7rANZt8/YBMDbtv21mI/AAAAAAAAA80/esrEwzJBLjYuzSw8YjHPObbhpJm4SbvrQCLcBGAsYHQ/w240-h182/unnamed.jpg" width="240" /></span></a></div><p></p><p><span style="color: #4d4d4d; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; solo conseguían <i>chapotear</i> en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la <i>superficie</i> y respirar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Una de ellas dijo en voz alta: “No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta <i>materia</i> no se puede nadar. Ya que voy a morir no veo por qué <i>prolongar</i> este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo <i>estéril</i>”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Dicho esto dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo <i>literalmente</i> tragada por el espeso líquido blanco.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">La otra rana, más <i>persistente</i> o quizá más tozuda, se dijo: “¡No hay manera! Nada se puede hacer por avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Y de pronto, de tanto patalear y <i>batir</i> las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;">Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa <i>croando</i> alegremente.</span></p><p class="MsoNormal" style="color: #4d4d4d; line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #ffa400; font-family: times; font-size: medium;"><b>Jorge Bucay</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 19.2px; padding-left: 0px; text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #ffa400; font-size: medium;"><b><span style="font-family: times;">"Las ranas en la nata</span><span face="arial, verdana, helvetica, sans-serif">"</span></b></span></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-29498537194617536062021-01-21T19:52:00.011+01:002021-02-25T13:28:09.170+01:00Cuentos psicoterapéuticos<h3 style="text-align: left;"><span style="color: #444444;"> La simpatía y la empatía</span></h3><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/U8pRaj22MlI" width="320" youtube-src-id="U8pRaj22MlI"></iframe></div><br /><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-2880628557409406422021-01-16T09:00:00.004+01:002021-01-16T09:00:03.073+01:00<p></p><p></p><p> </p><p> </p><p><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: verdana;">PARKINSON-SÍNTOMAS NO MOTORES </span></b></span><br /></p><p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-_vOGfFHeTtA/YAA-XuvnW0I/AAAAAAAAA8E/_lpCghA4wHQdo_cZvcGmpkZ1wl1_luILACLcBGAsYHQ/s2000/parkinson%2Bs%25C3%25ADntomas%2Bno%2Bmotores.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="800" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-_vOGfFHeTtA/YAA-XuvnW0I/AAAAAAAAA8E/_lpCghA4wHQdo_cZvcGmpkZ1wl1_luILACLcBGAsYHQ/w256-h640/parkinson%2Bs%25C3%25ADntomas%2Bno%2Bmotores.png" width="256" /></a></div><br /> <p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-46677113664454363222021-01-14T13:51:00.000+01:002021-01-14T13:51:01.344+01:00<p> </p><p> </p><p><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: verdana;">PARKINSON-SÍNTOMAS MOTORES </span></b></span><br /></p><p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-CUUlLj5UNXI/YAA9MvpILsI/AAAAAAAAA74/ow849B6H0eYeHs1OJMCVET2EIdNM0Ak3QCLcBGAsYHQ/s2000/parkinson%2Bs%25C3%25ADntomas%2Bmotores.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="800" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-CUUlLj5UNXI/YAA9MvpILsI/AAAAAAAAA74/ow849B6H0eYeHs1OJMCVET2EIdNM0Ak3QCLcBGAsYHQ/w256-h640/parkinson%2Bs%25C3%25ADntomas%2Bmotores.png" width="256" /></a></div><br /><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-4900757324402311762021-01-14T09:00:00.001+01:002021-01-14T09:00:00.464+01:00<p><br /></p><p style="text-align: center;"><span style="color: #ffa400; font-family: verdana; font-size: x-large;"><u><b>Cuentos Psicoterapéuticos 2</b></u></span></p><p><span style="color: #ffa400; font-family: verdana; font-size: large;"><b>Dependencia Emocional </b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><i>"Cuando en una relación te das cuenta que, pudiéndote evitar un poco de sufrimiento, el otro no lo hace, es porque todo ha terminado".</i></span></p><p><br /> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/GDNnbc8dru0" width="320" youtube-src-id="GDNnbc8dru0"></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #ffa400; font-size: medium;"><b>Jorge Bucay</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #ffa400; font-size: medium;"><b>"La princesa busca marido"</b></span></div><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-31124791352381049192021-01-07T10:43:00.003+01:002021-02-26T12:08:27.496+01:00Cuentos psicoterapéuticos <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><b>Iniciamos hoy una nueva sección denominada "Cuentos Psicoterapéuticos".</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><b><br /></b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><b>Contar historias ("storytelling") hace conectar los pensamientos (cogniciones) con los sentimientos de las personas.</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><b><br /></b></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="color: #444444; font-family: times; font-size: medium;"><b>Las historias producen emociones y como decía Maya Angelou «La gente olvidará qué les dijiste pero nunca lo que les hiciste sentir»</b></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Vn57DvMSraA/X_bRPJGgmQI/AAAAAAAAA7s/8hDYHoULwkMmYwLVClMH_3FlYz8QRLHewCLcBGAsYHQ/s1024/imagen%2Belefente%2Bencadenado.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-Vn57DvMSraA/X_bRPJGgmQI/AAAAAAAAA7s/8hDYHoULwkMmYwLVClMH_3FlYz8QRLHewCLcBGAsYHQ/w300-h400/imagen%2Belefente%2Bencadenado.jpg" width="300" /></a></span></div><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">—No puedo —le dije—. ¡No puedo!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">—¿Seguro? —me preguntó él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>—Sí, nada me gustaría más que
poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento… Pero </span><span>sé que no puedo.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>El gordo se sentó a lo buda en
aquellos horribles azules de su consultorio. Sonrió, me </span><span>miró a los ojos y, bajando la voz
como hacía cada vez que quería ser escuchado atentamente, </span><span>me dijo:</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">—Déjame que te cuente…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Y sin esperar mi aprobación Jorge
empezó a contar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Cuando yo era pequeño me
encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos </span><span>eran los animales. Me llamaba
especialmente la atención el elefante que, como más tarde </span><span>supe, era también el animal preferido
por otros niños. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Durante la función, la enorme bestia </span><span>hacía gala de un peso, un tamaño
y una fuerza descomunales…</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Pero después de su actuación y
hasta poco antes de volver al escenario, el elefante </span><span>siempre permanecía atado a una
pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que </span><span>aprisionaba una de sus patas.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Sin embargo, la estaca era sólo
un minúsculo pedazo de madera enterrado unos </span><span>centímetros en el suelo. Y,
aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un </span><span>animal capaz de arrancar un árbol
de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la </span><span>estaca y huir.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">El misterio sigue pareciéndome
evidente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">¿Qué lo sujeta entonces?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">¿Por qué no huye?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Cuando tenía cinco o seis años,
yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Pregunté entonces a un maestro,
un padre o un tío por el misterio del elefante. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Alguno de ellos </span><span>me explicó que el elefante no se
escapaba porque estaba amaestrado.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Hice entonces la pregunta obvia:
“Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>No recuerdo haber recibido
ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio </span><span>del elefante y la estaca, y sólo
lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se </span><span>habían hecho esa pregunta alguna
vez.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Hace algunos años, descubrí que,
por suerte para mí, alguien había sido lo </span><span>suficientemente sabio como para
encontrar la respuesta:</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>El elefante del circo no escapa
porque ha estado atado a una estaca parecida desde que </span><span>era muy, muy pequeño.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Cerré los ojos e imaginé al
indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Estoy </span><span>seguro de que, en aquel momento,
el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a </span><span>pesar de sus esfuerzos, no lo
consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Imaginé que se dormía agitado y
que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro… </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Hasta </span><span>que, un día, un día terrible para
su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su </span><span>destino.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Ese elefante enorme y poderoso
que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que </span><span>no puede.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Tiene grabado el recuerdo de la
impotencia que sintió poco después de nacer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Y lo peor es que jamás se ha
vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Jamás, jamás intentó volver a
poner a prueba su fuerza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>—Así es, Demián. Todos somos un
poco como el elefante del circo: vamos por el mundo </span><span>atados a cientos de estacas que
nos restan libertad.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Vivimos pensando que “no podemos”
hacer montones de cosas, simplemente porque </span><span>una vez, hace tiempo, cuando
éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Hicimos entonces lo mismo que el
elefante, y grabamos en nuestra memoria este<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">mensaje: No puedo, no puedo y
nunca podré.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Hemos crecido llevando ese
mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso </span><span>nunca más volvimos a intentar
liberarnos de la estaca.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Cuando, a veces, sentimos los
grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la </span><span>estaca y pensamos:</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">No puedo y nunca podré<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Jorge hizo una larga pausa. Luego
se acercó, se sentó en el suelo frente a mí y siguió:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>—Esto es lo que te pasa, Demi.
Vives condicionado por el recuerdo de un Demián que no </span><span>existe, que no pudo.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span>Tu única manera de saber si
puedes conseguirlo es intentarlo de nuevo, poniendo en ello </span><span>todo tu corazón… ¡Todo tu
corazón!</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="color: #ffa400; font-family: times; font-size: medium;">Jorge Bucay (Déjame que te cuente…)</span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="color: #ffa400; font-family: times; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><b><span style="color: #ffa400;">Barcelona, RBA Libros, 2006</span></b><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: center;"><br /></div><p></p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-79161089767592644662020-12-16T13:48:00.004+01:002020-12-16T14:05:45.440+01:00FASES EN EL ALZHEIMER<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-4oZNwT7n03Q/X9oBf4R6YyI/AAAAAAAAA7U/9WyRI9c78B4NjTEHFiBRELgVBu875FHWwCLcBGAsYHQ/s2804/infograma%2BFASES%2BALZHEIMER%25282%2529.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2804" data-original-width="1122" height="1115" src="https://1.bp.blogspot.com/-4oZNwT7n03Q/X9oBf4R6YyI/AAAAAAAAA7U/9WyRI9c78B4NjTEHFiBRELgVBu875FHWwCLcBGAsYHQ/w409-h1115/infograma%2BFASES%2BALZHEIMER%25282%2529.jpg" width="409" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><br /><p><br /> </p>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-37719795237013187742020-12-11T19:57:00.005+01:002020-12-11T20:01:58.513+01:00¿Por qué nos acordamos de una canción pero olvidamos cosas mucho más importantes?<div class="separator"><div style="text-align: center;"><img alt="" class="CToWUd" height="210" id="m_7887463982524434178LPThumbnailImageId100290" src="https://ci4.googleusercontent.com/proxy/haIxg968B-tSmVDXo50e3yLmbrVITZEKAAESZuZ34MyoaTzlqJaTAeM6oW4pl4hY4rYs71Y696MocgjOB9xqwWsgwRKuXss_CQuCGSmEMHgxY2R5KXyF-zvRlYW04wmieayypIzKBDb1eCyUVWMZ_A=w400-h210" style="display: block;" width="400" /></div><p> <a href="https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-10-13/por-que-te-acuerdas-de-una-cancion-pero-olvidamos-cosas-mucho-mas-importantes_2777467/">https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-10-13/por-que-te-acuerdas-de-una-cancion-pero-olvidamos-cosas-mucho-mas-importantes_2777467/</a><br /></p></div>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-9474883461358561922020-11-30T11:41:00.000+01:002020-11-30T11:42:52.734+01:00<p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><h1 class="articulo-titulo " id="articulo-titulo" itemprop="headline">¿Por qué nunca tengo tiempo? <span style="font-size: small;">(FRANCESC MIRALLES)</span><br /></h1><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-G5j7I0wmKnc/X8TKjgitiqI/AAAAAAAAA64/v4j4eF5UAoYDNzQ2OQTKRtzWPEw7ylLnwCLcBGAsYHQ/s1960/Por%2Bque%2Bno%2Btenemos%2Btiempo%2Bblog%2BLatour.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1725" data-original-width="1960" src="https://1.bp.blogspot.com/-G5j7I0wmKnc/X8TKjgitiqI/AAAAAAAAA64/v4j4eF5UAoYDNzQ2OQTKRtzWPEw7ylLnwCLcBGAsYHQ/s320/Por%2Bque%2Bno%2Btenemos%2Btiempo%2Bblog%2BLatour.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración: Juárez Casanova<br /></td></tr></tbody></table></span></span><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">Da igual los planes que hagamos para organizarnos mejor. Al final del día sentimos que nos falta tiempo para todo. Incluso <a href="https://elpais.com/noticias/confinamiento/">durante el confinamiento,</a>
muchos creíamos tener una generosa provisión de horas, pero la jornada
seguía esfumándose. ¿A qué se debe esta escasez endémica de horas que al
final cuesta la vida?</span></span>
</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">Para quienes ejercen su profesión desde casa, bien porque ya lo hacían antes o porque se han incorporado al <a href="https://elpais.com/noticias/teletrabajo/">teletrabajo,</a>
esta pobreza se explica en la primera ley de Parkinson. Fue enunciada
en 1957 por Cyril Northcote Parkinson, historiador naval británico que
ironizaba sobre la burocracia. Y dice: “El trabajo se expande hasta
llenar el tiempo de que se dispone para su realización”.</span></span></p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">La segunda ley de Parkinson, “Los gastos aumentan hasta cubrir todos
los ingresos”, también tiene que ver con nuestra escasez de tiempo. Dado
que el dinero se obtiene a cambio de horas de trabajo, vivir al límite
de nuestras posibilidades implica muchas veces vivir al límite de
nuestra agenda.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">La tercera ley reza: “El tiempo dedicado a cualquier tema de la
agenda es inversamente proporcional a su importancia”. Puede chocar de
entrada, pero tiene su explicación. Tal como afirma Cristina Benito en
su libro <em>Time Mindfulness,</em> “la falta de tiempo es en realidad
una falta de prioridades que tiene su origen en la comodidad, llevando a
cabo en primer lugar lo que nos resulta más sencillo”.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">Esta economista señala que las tres leyes no solo se aplican al
trabajo, sino que se extienden a la gestión del tiempo libre, donde
tendemos a llenar cada hora disponible. En su origen estaría el llamado <em>horror vacui,</em>
expresión latina que puede traducirse como “horror al vacío”. Y así
como en determinadas épocas del arte, por ejemplo el Barroco, el artista
tendía a llenar todo el espacio disponible, lo mismo hacemos hoy con
nuestra agenda. Sobre los motivos que nos llevan a copar todos los
vacíos temporales, Cristina Benito señala tres:</span></span></p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><em>Una fijación equivocada por la productividad.</em> Nos ocupamos
todo el tiempo, partiendo de la base de que solo lo “lleno” aporta
valor, como los artistas barrocos. Sin embargo, lo vacío es necesario
para que puedan surgir nuevas ideas. Warren Buffett tiene como
herramienta clave una libreta en blanco que enseña en las entrevistas.
En sus propias palabras: “Tienes que controlar tu tiempo. Frente a las
exigencias de tener reuniones y cosas así, sentarse y pensar puede ser
una alta prioridad”.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><em>La obligación autoimpuesta de complacer a los demás</em>.
Llenamos huecos de nuestra agenda con peticiones ajenas: acudir a una
reunión, a una fiesta, a un compromiso determinado. Muchas veces no nos
apetece y preferiríamos quedarnos en casa leyendo un buen libro o dar un
paseo. Cumplimos por miedo a perder la consideración de los demás, y
ese miedo lo pagamos con tiempo: la única divisa que no podemos reponer.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><em>El miedo al encuentro con uno mismo.</em> Trabajar y atender
compromisos llenan toda la agenda y nuestro espacio mental, lo cual nos
impide pensar. Esto nos libera de hacernos preguntas incómodas que se
pueden resumir en una: ¿es esta la vida que quiero llevar? Cargarnos de
ocupaciones y de ruido mental —por ejemplo, a través de las redes
sociales— nos permite esquivar este desafío. Sin embargo, tal como
advertía Pablo Neruda: “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar
indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, solo esa, puede ser
la más feliz o la más amarga de tus horas”.</span></span></p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;">Estar ocupados es el remedio perfecto para no pensar, instalados en
el mantra del “no tengo tiempo”. El otro es vivir a toda velocidad.
Cuando cabalgamos en la urgencia, el mundo se convierte en algo borroso,
como lo que vemos a través de la ventanilla del AVE al pasar por una
ciudad. En medio de esa carrera, además, desintegramos el tiempo
tratando de responder al instante a cada estímulo de nuestro <em>smartphone</em>. Para salir de esa trampa, la escritora Diane Dreher recomienda aplicar el <em>ma-ai</em>,
término japonés de las artes marciales que se traduce como “intervalo” y
que ella considera el espacio de reacción donde reside la libertad: “No
respondas de inmediato a todas las ofertas o invitaciones. Tómate tu <em>ma-ai</em>, tómate tiempo para pensar”.</span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"><span style="color: #ffa400;"><b>DE "EL PAÍS SEMANAL" 23 AGOSTO 2020 </b> </span><br /></span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><br />Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-44261938711570388982020-11-20T13:42:00.000+01:002020-11-30T12:15:13.203+01:00El AGRADECIMENTO como TERAPIA o ESTRATEGIA TERAPEÚTICA<iframe frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/A8EhhrwPamY" style="background-image: url(https://i.ytimg.com/vi/A8EhhrwPamY/hqdefault.jpg);" width="480"></iframe>Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5749882036437547514.post-5933660532384571572020-06-22T09:29:00.000+02:002020-06-22T09:34:49.651+02:00<br />
<br />
<span class="texto_fecha_volanta"></span>
<br />
<h1 class="articulo_titulo">
La neurobiología de la distancia social </h1>
<h1 class="articulo_titulo">
¿Por qué la soledad puede ser la mayor amenaza para la supervivencia? </h1>
<div id="articulo_copete">
<span style="font-size: large;">Un nuevo artículo explora las amplias y
negativas consecuencias que el aislamiento social tiene sobre nuestro
bienestar psicológico y salud física</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div id="iconos_nota_contenedor">
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div id="icono_imprimir">
<span style="font-size: large;">
<a href="https://www.blogger.com/null">
<span class="icon-printer" style="margin-right: 3%;"></span></a></span>
</div>
<div id="icono_favoritos">
<a href="https://www.blogger.com/null" id="linkFavorito" title="Agregar/Quitar de mis favoritos"><span class="icon-star-full" id="bluestar" style="display: inherit;"></span></a><span style="font-size: 13px;"><span id="votoArriba" style="margin-right: 3%;"><span style="font-size: 13px;"></span></span></span>
</div>
<div id="icono_facebook">
<a href="http://www.facebook.com/share.php?u=https://www.intramed.net/96245" target="_blank" title="Compartir en Facebook"><span class="icon-facebook" style="margin-right: 2%;"></span></a>
</div>
<div id="icono_twitter">
<a href="http://twitter.com/intent/tweet?text=La+neurobiolog%C3%ADa+de+la+distancia+social%0D%0A&url=https://www.intramed.net/96245" target="_blank" title="Compartir en Twitter"><span class="icon-twitter" style="margin-right: 0%;"></span></a>
</div>
</div>
<div id="articulo_interior_foto">
<img src="https://www.intramed.net/UserFiles/vinetas/96245.jpg" />
</div>
<div id="referencias">
</div>
<div id="referencias">
Autor/a: Danilo Bzdok, Robin I.M. Dunbar
Fuente: Trends in Cognitive Sciences DOI: https://doi.org/10.1016/j.tics.2020.05.016 <a href="https://www.cell.com/trends/cognitive-sciences/pdf/S1364-6613(20)30140-6.pdf?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS1364661320301406%3Fshowall%3Dtrue" target="_blank">The Neurobiology of Social Distance</a>
</div>
<div id="articulo_texto">
UNIVERSIDAD MCGILL<br />
<br />
<span style="font-size: large;"><b>Resumen</b></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Nunca antes habíamos experimentado un aislamiento social a gran
escala como durante la evolución de la pandemia de COVID-19. Un nuevo
artículo publicado en la revista <a href="https://www.cell.com/trends/cognitive-sciences/pdf/S1364-6613(20)30140-" target="_blank">Trends in Cognitive Sciences</a>
explora las amplias y negativas consecuencias que el aislamiento social
tiene sobre nuestro bienestar psicológico y salud física, incluida la
disminución de la vida útil. El documento fue escrito por el profesor
asociado Danilo Bzdok (Universidad McGill y el Instituto de Inteligencia
Artificial Mila Quebec) y el profesor emérito Robin Dunbar (Universidad
de Oxford).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="1" cellspacing="1" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr>
<td style="background-color: #deeaf2;">Al examinar una amplia gama de estudios, surgió una imagen completa del grave impacto que puede tener la soledad:<br />
<ul>
<li>Tener relaciones interpersonales fuertes es fundamental para la supervivencia a lo largo de toda la vida.<br />
</li>
<li>El aislamiento social es un predictor significativo del riesgo de muerte.<br />
</li>
<li>La estimulación social insuficiente afecta el razonamiento y el rendimiento de la memoria, la <b>homeostasis hormonal</b>,
la sustancia gris / blanca del cerebro, la conectividad y la función,
así como la resistencia a las enfermedades físicas y mentales.<br />
</li>
<li>Los sentimientos de soledad pueden propagarse a través de una
red social, causando una percepción social sesgada negativamente,
aumentando la morbilidad y la mortalidad y, en las personas mayores,
precipitando la aparición de demencia como la enfermedad de Alzheimer.<br />
</li>
<li>La soledad perjudica directamente el <b>sistema inmune</b>,
haciéndonos menos resistentes a enfermedades e infecciones. De hecho,
sentirse solo y tener pocos amigos puede resultar en una defensa inmune
particularmente pobre.</li>
</ul>
</td>
</tr>
</tbody>
</table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Sin embargo, las personas que están más integradas socialmente tienen
biomarcadores mejor ajustados para la función fisiológica, incluida una
presión arterial sistólica más baja, un índice de masa corporal más
bajo y niveles más bajos de proteína C reactiva (otra respuesta
molecular a la inflamación).</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote>
<span style="font-size: large;">Los humanos son intensamente sociales y se benefician psicológica y físicamente de la interacción social.</span></blockquote>
</div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Cuanto más estemos integrados en una red de amigos, por ejemplo,
menos probabilidades tenemos de enfermarnos y mayores serán nuestras
tasas de supervivencia. Se ha descubierto que las personas que
pertenecen a más grupos, como clubes deportivos, iglesias, grupos de
pasatiempos, reducen su riesgo de depresión futura en casi un 25%.</span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El profesor asociado del Departamento de Ingeniería Biomédica de la
Universidad McGill y el Presidente de Inteligencia Artificial de CIFAR
en Canadá, Danilo Bzdok, dijo: "Somos criaturas sociales. La interacción
y la cooperación social han impulsado el rápido ascenso de la cultura y
la civilización humanas. Sin embargo, las especies sociales luchan
cuando se ven obligadas a vivir de forma aislada. Desde los bebés hasta
los ancianos, la integración psicosocial en las relaciones
interpersonales es crítica para la supervivencia. Ahora es más urgente
que nunca reducir la brecha de conocimiento sobre cómo el aislamiento
social afecta el cerebro humano y el bienestar mental y físico".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El Profesor Emérito de Psicología Evolutiva Robin Dunbar, dijo: "La
soledad se ha acelerado en la última década. Dadas las consecuencias
potencialmente graves que esto puede tener en nuestra salud mental y
física, existe un reconocimiento y una voluntad política cada vez
mayores para enfrentar este desafío social en evolución. En
consecuencia, el Reino Unido lanzó la 'Campaña para poner fin a la
soledad', una red de más de 600 organizaciones nacionales, regionales y
locales para crear las condiciones adecuadas para reducir la soledad en
la vida adulta. Estos esfuerzos hablan del creciente reconocimiento
público y la voluntad política de confrontar este desafío social en
evolución. Estas preocupaciones solo pueden exacerbarse si hay períodos
prolongados de aislamiento social impuestos por las respuestas de las
políticas nacionales a crisis extraordinarias como COVID-19".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<hr style="margin-left: 0px; margin-right: 0px;" />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>El problema del aislamiento social </b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Los humanos, como todos los monos y simios, son intensamente
sociales. Como consecuencia no resulta sorprendente que la mayoría de
nosotros encuentre estresante la privación social. El aislamiento
social, o la falta de oportunidades sociales, da lugar a una sensación
de <b>soledad</b>. Directa o indirectamente, este sentimiento
tiene muchas consecuencias de gran alcance para nuestro bienestar
psicológico y nuestra salud física, incluso nuestra longevidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<blockquote>
<span style="font-size: large;">En pocas palabras, la soledad mata.</span></blockquote>
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El neurocientífico John Cacioppo argumentó que la sensación de
soledad ha evolucionado como una señal de alarma para garantizar que
permanezcamos firmemente integrados en nuestro capullo social. En 2019,
la Organización Mundial de la Salud declaró que la soledad es una
preocupación importante de salud en todo el mundo. En muchas ciudades
metropolitanas de todo el mundo, más del <b>50%</b> de las personas ya viven en hogares unipersonales. El Reino Unido nombró recientemente a su primer <i>Ministerio de la Soledad</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El sentimiento de soledad se ha extendido de persona a persona a
través de las redes sociales. Una vez solos, los humanos pueden quedar
atrapados en un ciclo psicológico descendente del que puede ser difícil
escapar: Una percepción sesgada de las señales negativas y la amenaza
social de los otros, o la expectativa de ser socialmente excluido por
otros. La visión sesgada del mundo conduce a tasas de <b>suicidio </b>aumentadas, entre otras consecuencias. Esta <i>"indefensión social aprendida"</i> puede ser peligrosa porque, entre todas las especies existentes, dependemos más de otros individuos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>¿Por qué los lazos sociales son buenos para usted? </b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Ahora hay evidencia acumulada de que las amistades son una condición <i>sine qua non</i>
para la calidad de la salud. Cuanto más estricto esté integrado en una
red de amigos, menos probabilidades tendrá de enfermar. Cuanto mayor sea
su capital social, más rápido mejorará si se enferma, más rápido se
recuperará de la cirugía y más tiempo vivirá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Investigaciones previas recopilaron 148 estudios epidemiológicos (~
300.000 personas en total) para identificar factores comunes que
influyen en la mortalidad. En el caso específico de muerte por<b> enfermedad cardiovascular</b>, los tres factores con el mayor efecto con diferencia fueron:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<ol style="text-align: justify;">
<li><span style="font-size: large;">La frecuencia de apoyo social de los demás.</span></li>
<li><span style="font-size: large;">Qué tan bien integrada estaba la persona en su red social.</span></li>
<li><span style="font-size: large;">Si el paciente dejaba de fumar: dos, posiblemente tres, razones sociales.</span></li>
</ol>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En contraste, aquellos factores por los que los médicos están en
general más preocupados han tenido un impacto mucho menor en las tasas
de supervivencia. Los factores clave incluyen la obesidad, la dieta, el
consumo de alcohol, la cantidad de ejercicio realizado, los tratamientos
farmacológicos recetados y la contaminación del aire local.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Estos autores realizaron un análisis de seguimiento de 70 estudios de
longevidad en personas mayores, siguieron a ~ 3.5 millones de personas
en un promedio de ~ 7 años: el aislamiento social, vivir solo y sentirse
solo aumentaron las posibilidades de morir en aproximadamente un <b>30%</b>,
incluso después de tener en cuenta edad, sexo y estado de salud.
Muchos otros estudios han demostrado que el aislamiento social (aunque
no los sentimientos de soledad autoinformados) fue un predictor
significativo del riesgo de muerte.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Por ejemplo, un análisis longitudinal de ~ 6.500 hombres y mujeres
británicos de unos cincuenta años encontró que estar socialmente aislado
aumenta el riesgo de morir en la próxima década en aproximadamente un
25%. El análisis cuantitativo de casi ~ 400.000 parejas casadas en la
base de datos del Medicare estadounidense reveló que, para los hombres,
la muerte de su cónyuge aumentó sus propias posibilidades de morir en el
futuro inmediato en un 18%. La muerte del esposo a su vez aumentó el
riesgo de muerte de la esposa en un 16%.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Se han encontrado efectos similares en las tasas de morbilidad con
respecto al apoyo social. Una serie de estudios prospectivos elegantes
que utilizan datos del Framingham Heart Study descubrieron que las
posibilidades de volverse feliz, deprimido u obeso se reflejaban en gran
medida en cambios similares en el amigo más cercano. Hubo un efecto
significativo menor debido al comportamiento de los amigos de los
amigos. Incluso un efecto detectable estaba presente debido al amigo del
amigo de un amigo, pero nada más allá. Este <b>fenómeno de contagio</b>
fue especialmente fuerte si la amistad era recíproca (es decir, ambos
individuos se enumeraron como amigos). Si la amistad no era mutua, el
efecto de contagio social era insignificante. Los investigadores también
documentaron un fuerte efecto de <b><i>"contagio geográfico"</i>.</b>
Si tiene un amigo feliz que vive dentro de un radio de una milla, tiene
un 25% más de probabilidades de ser feliz. Y tiene un 34% más de
probabilidades de ser feliz si su vecino de al lado es feliz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>El contagio social se extiende en la comunidad más amplia</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Las personas que pertenecen a más grupos tienen menos probabilidades
de experimentar episodios de depresión. Tales hallazgos surgieron del
Estudio Longitudinal del Envejecimiento del Reino Unido (ELSA) que
describió repetidamente alrededor de ~ 5,000 personas a partir de los 50
años. Investigaciones anteriores mostraron que las personas deprimidas
redujeron su riesgo de depresión en un momento posterior en casi una
cuarta parte si se unían a un grupo social como un club deportivo, una
iglesia, un partido político, un grupo de pasatiempos o una organización
benéfica. De hecho, unirse a tres grupos redujo el riesgo de depresión
en casi dos tercios.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En una nota más general, las encuestas sobre visitas sociales a<i> pubs</i>,
cenas sociales por la noche o asistencia regular a servicios religiosos
convergieron en una conclusión central: las personas que participaban
en cualquiera de estas actividades generalmente tenían más amigos,
estaban más felices y se sentían más satisfechos con su vida. Estas
personas estaban más inmersas en su comunidad local y confiaban más en
sus vecinos. La direccionalidad causal fue difícil de precisar en estos
casos debido a la naturaleza transversal de los datos. Sin embargo, el
análisis de ruta proporcionó alguna indicación de que la intensidad del
intercambio social era el motor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El ímpetu para acceder al <b>capital social</b> en la
comunidad en general se extiende más allá de los humanos. Hay una gran
cantidad de evidencia desde hace mucho tiempo de estudios de campo a
largo plazo de babuinos salvajes que las hembras socialmente conectadas
experimentan menos acoso por parte de otros monos, tienen niveles más
bajos de hormonas de estrés de <b>cortisol</b>, curación más
rápida de heridas, producen más descendencia y viven más tiempo. Tales
ramificaciones del capital social parecen sostenerse en una diversidad
de especies, incluyendo chimpancés, macacos, caballos salvajes y
delfines.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>La soledad y el sistema inmunitario.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<blockquote>
<span style="font-size: large;">Una razón subyacente clave para estos efectos, al menos en los
humanos, es probable que la soledad perjudique directamente el sistema
inmunitario, haciéndote menos resistente a enfermedades e infecciones.</span></blockquote>
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La investigación encontró que los estudiantes de primer año que
informaron sentirse solos tuvieron una respuesta reducida del sistema
inmunitario cuando recibieron una vacuna contra la gripe en comparación
con los estudiantes que se sintieron socialmente comprometidos. Además,
aquellos estudiantes con solo 4 a 12 amigos cercanos tuvieron respuestas
significativamente más pobres que aquellos con 13 a 20 amigos. Estos
dos efectos parecían interactuar entre sí: tener muchos amigos (un gran
grupo social de diecinueve o veinte amigos) parece amortiguar una
respuesta inmune debilitada. Sin embargo, sentirse solo y tener pocos
amigos resulta en una defensa inmune particularmente pobre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Otros investigadores utilizaron datos del <i>Framingham Heart Study</i> para mostrar que las personas con menos contactos en su red social tenían concentraciones elevadas de <b>fibrinógeno</b>
en suero. En contraste, las personas que disfrutaban de muchos
contactos sociales tenían niveles bajos de fibrinógeno. El fibrinógeno
juega un papel importante en la coagulación de la sangre cuando se ha
roto un vaso sanguíneo, además de facilitar la curación de heridas y la
reparación de tejidos de manera más general: las altas concentraciones
indican una mala salud.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Las <b>endorfinas</b> constituyen un componente central del
mecanismo psico-endócrino que sustenta la amistad (ver Cuadro 1). Otra
investigación encontró que los lazos sociales estimulan la liberación de
las células asesinas naturales (<i>natural killers</i>) del cuerpo,
una de las células blancas de la sangre del sistema inmune innato cuya
función central es destruir bacterias y virus dañinos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Las personas que están más integradas socialmente tienen
biomarcadores mejor ajustados para la función fisiológica, como lo
indica la <b>presión arterial sistólica</b> más baja, el <b>índice de masa corporal </b>más bajo y los niveles más bajos de <b>proteína C reactiva</b>,
siendo esta última otra respuesta molecular a la inflamación. Esta idea
fue evidente en cada uno de los cuatro grupos de edad (adolescentes,
adultos jóvenes, mediana edad y vejez) sobre la base de datos de cuatro
grandes bases de datos longitudinales de salud estadounidenses. Los
investigadores encontraron que, en la adolescencia, la falta de
compromiso social tuvo un efecto tan grande sobre el riesgo de <b>inflamación</b> como la falta de actividad física. En la vejez, la falta de amigos tuvo un mayor efecto sobre el riesgo de <b>hipertensión</b> que las causas clínicas generalmente citadas como la diabetes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Aún más preocupante, los efectos de las relaciones sociales en estas
medidas fisiológicas de buena salud durante la adolescencia y la edad
adulta pueden persistir hasta la vejez. En un estudio longitudinal de
267 hombres, por ejemplo, la investigación encontró que cuanto más
integrado socialmente era un niño a los seis años de edad, menor era su
presión arterial y su índice de masa corporal dos décadas más tarde en
sus primeros treinta años. Este resultado se mantuvo cuando controlaron
la raza, el índice de masa corporal en la infancia, el estado
socioeconómico de los padres, la salud infantil y la extraversión.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El aislamiento social puede tener efectos generalizados sobre la <b>conectividad cerebral.</b>
Si las ratas están socialmente aisladas cuando son jóvenes (una
condición que daría lugar a sentimientos de soledad en los humanos), la
función neuronal y la plasticidad se alteran. En particular, los
episodios de aislamiento social pueden alterar irremediablemente la
función de la <b>corteza prefrontal</b> (la parte del cerebro que es central para administrar nuestras relaciones sociales, así como su <b>mielinización</b>
del axón (vainas grasas alrededor de las neuronas que les permiten
transmitir señales más rápido y de manera más eficiente). Si bien los
períodos cortos de soledad en humanos rara vez tienen resultados
adversos a largo plazo, la soledad persistente aumenta el riesgo de
enfermedad de Alzheimer y depresión. La soledad también conduce a malos
hábitos de sueño, con consecuencias psicológicas y fisiológicas
adversas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>Interacción social en línea versus fuera de línea</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<blockquote>
<span style="font-size: large;">Los procesos sociales-efectivos en presencia de otros toman una forma diferente que durante la ausencia física del otro.</span></blockquote>
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Ya en una guardería, si un bebé comienza a llorar, otros bebés
cercanos escuchan la señal de socorro y, por lo general, también
comienzan a llorar por simple contagio emocional. Además de las
expresiones y la prosodia, los humanos tienden a alinear sus
comunicaciones entre sí imitando vocabulario, gramática, imitaciones y
gestos. Por ejemplo, los humanos tienden a sincronizar inconscientemente
sus expresiones faciales incluso con personas que dirigen gaze en otra
persona. Dicha <b>resonancia motora y emocional subliminal </b>suele ser intrínsecamente gratificante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En el lado positivo, los procesos de contagio pueden elevar la
felicidad individual a través de personas dentro del vecindario cercano,
pero también a kilómetros de distancia. En el lado negativo, la soledad
también se propaga rápidamente a través de los socios de interacción
social de un individuo, lo que afecta incluso a amigos de amigos de
amigos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Leer las caras de otros, imposible durante una llamada telefónica
convencional, puede ser un medio conservado evolutivamente para
intercambiar información fundamental, que coevolucionó con la maquinaria
de decodificación correspondiente en las respuestas cerebrales y de
comportamiento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Las caras ofrecen una gran cantidad de información social sobre el
sexo, la edad, el origen étnico, la expresión emocional de una persona
y, potencialmente, sus intenciones y su estado mental (todo lo cual
influye en la fuerza del vínculo entre dos personas). A lo largo del
desarrollo, el aprendizaje y la maduración dependen críticamente de la
atención conjunta de dos personas en el mismo objeto. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Tales procesos de mentalización y mirada fija se han relacionado
repetidamente con el circuito asociativo superior y el circuito de
recompensa estriatal. Algunos autores incluso sostienen que la
importancia de tales facetas del intercambio interpersonal puede
explicar por qué los humanos desarrollaron una esclera ancha y blanca en
los ojos, más fácilmente visible que en la mayoría de los animales. Lo
que puede conducir a una mayor vulnerabilidad a los depredadores para
algunas especies (al hacer que el individuo y sus intenciones sean más
visibles y explotables) puede haber impulsado el aprendizaje y la
cooperación en los primates humanos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Tales adaptaciones evolutivas facilitan cómo los humanos representan
automáticamente la perspectiva (visual) de los demás cercanos. Hacer
declaraciones sobre objetos en el entorno físico puede llevar más
tiempo, debido a la interferencia, si otra persona presente tiene un
conocimiento parcial o diferente de estos mismos objetos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Mientras que las sociedades de primates son impulsadas por señales
visuales y encuentros inmediatos, los humanos también han desarrollado
medios elaborados para interactuar a grandes distancias geográficas. El
contacto virtual cara a cara por video chat, como skype o zoom, se está
volviendo cada vez más común. Su calidad nominal de interacción social
con amigos ha superado a la de los teléfonos (no visuales) y los simples
canales de comunicación de solo texto a través de SMS, WhatsApp o
correo electrónico.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Otros autores han reportado efectos ampliamente similares para las
relaciones familiares, en la medida en que encontraron un beneficio
insignificante de los canales basados en video. En comparación con los
encuentros interpersonales reales, existe una sorprendente cantidad de
constantes psicológicas sobre cómo los humanos entretienen y hacen
malabares con las relaciones sociales en entornos digitales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Por ejemplo, el límite superior de <b>~ 150 contactos</b>,
así como la estructura de estas redes parece mantenerse tanto en el
mundo real como en una variedad de contextos virtuales en línea, lo que
sugiere que el tamaño del grupo en la sociedad actual todavía está
orquestado por los mismos principios que cuando éramos cazadores.
-recolectores. De hecho, varios estudios de neuroimagen confirman
ampliamente que nuestras redes sociales en línea se correlacionan con
los volúmenes de las mismas regiones cerebrales centrales que resuenan
con el tamaño de nuestras redes fuera de línea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Estas constancias sugieren que la interacción social virtual animada
puede arrastrar facultades similares, como la memoria y la generación de
conceptos. Por el contrario, la escasez de interacción social y la
soledad pueden tener efectos nocivos en los sistemas cognitivo y de
memoria. Es concebible que la mejora o disminución de la reserva
cognitiva y neural pueda estar mediada por vías análogas que
potencialmente involucren arborización dendrítica en el hipocampo y las
regiones prefrontales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Este atractivo para una amplia gama de señales cara a cara durante las interacciones sociales puede explicar por qué los <i>emojis</i>
se han vuelto tan populares: reemplazan las señales emocionales
importantes en ausencia de las señales faciales ostentosas que
utilizamos para la interpretación de las expresiones en cara -a - cara.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En conjunto, la evidencia de la comunicación digital sugiere que este
nuevo medio de hecho no cambia el patrón general de nuestras
interacciones sociales o el número de personas con las que contactamos.
Los tamaños de las capas en nuestras redes sociales no cambian mediante
el uso de medios digitales o comunicación virtual. Además, las
frecuencias con las que contactamos a ciertas personas en cada capa
social son sorprendentemente similares en los mundos en línea y fuera
de línea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Sin embargo, algunos vehículos digitales carecen de la riqueza
comunicativa de las interacciones cara a cara reales, cuando se les pide
que califiquen su satisfacción con las interacciones con sus cinco
amigos más cercanos cada día, los participantes calificaron las
interacciones cara a cara y skype como igualmente satisfactorias y ambas
como significativamente más satisfactorio que las interacciones con el
mismo individuo por teléfono, mensajes de texto, mensajes SMS, correo
electrónico o redes sociales basadas en mensajes de texto como Facebook.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b>Observaciones finales</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Somos criaturas sociales. La interacción social y la cooperación han
impulsado el rápido ascenso de la cultura humana y la civilización. Sin
embargo, las especies sociales luchan cuando se ven obligadas a vivir en
aislamiento. La expansión de la soledad se ha acelerado en la última
década. Como una consecuencia, el Reino Unido ha lanzado la<i> "Campaña para poner fin a la soledad"</i>,
una red de más de 600 organizaciones nacionales, regionales y locales
para crear las condiciones adecuadas para reducir la soledad en el
futuro. Tales esfuerzos hablan del creciente reconocimiento público y
voluntad política para enfrentar este desafío social en evolución.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Estas preocupaciones solo pueden exacerbarse si hay períodos
prolongados de aislamiento social impuestos por las respuestas de las
políticas nacionales a crisis extraordinarias como COVID -19. La
privación social en la infancia y en la edad adulta tardía tiene un
impacto neurobiológico en la arquitectura y organización funcional. La
consiguiente pérdida de capacidad social y cognitiva provoca importantes
consecuencias para la salud pública. En la escala individual, esto
puede resultar en que las personas se comprometan menos socialmente y,
por lo tanto, tengan un mayor riesgo de desarrollar un comportamiento
antisocial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Es probable que el resultado sea una pérdida para el presupuesto
público, ya sea en términos de cuidado de personas en deterioro
psicológico y físico o en el encarcelamiento de personas desordenadas.
Si el aislamiento social durante el desarrollo ocurre a una escala
suficientemente grande, es probable que tenga consecuencias
significativas para la estabilidad de la comunidad y la cohesión social.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Estas perspectivas deberían alentarnos a buscar medios para mitigar
una posible reacción negativa. Es imprescindible adaptar la toma de
decisiones clínicas y las intervenciones terapéuticas a individuos
solteros. También existe una gran necesidad de investigación
longitudinal adicional sobre el eje HPA y la respuesta del cortisol a
estresores psicológicos.</span></div>
</div>
Latour psicologiahttp://www.blogger.com/profile/11532872187188744712noreply@blogger.com1