martes, 4 de enero de 2011

El consumo elevado de cannabis a largo plazo se asocia a anomalías estructurales en el cerebro, según estudio reciente

El consumo a largo plazo en altas dosis de cannabis podría estar asociado con anomalías estructurales de las áreas cerebrales denominadas hipocampo y amígdala, según un estudio de la Universidad de Melbourne y la Universidad de Wollongong en Australia que se publica en la revista "Archives of General Psychiatry".
Los autores explican que existen evidencias controvertidas sobre los efectos a largo plazo del consumo de cannabis. Añaden que a pesar de que cada vez existen más estudios que sugieren que el consumo de cannabis a largo plazo está asociado con un amplio rango de efectos secundarios graves para la salud hay mucha gente que piensa que es relativamente inofensivo y que debería ser legalizado.
Los investigadores, dirigidos por Murat Yücel, realizaron imágenes de resonancia magnética estructural de alta resolución realizadas en 15 hombres con una media de edad de 40 años que habían fumado más de cinco cigarrillos de marihuana al día durante más de 10 años. Sus resultados se compararon con imágenes de 16 individuos, con una media de 36 años, que nunca habían consumido cannabis. Todos los participantes realizaron una prueba de memoria verbal y fueron evaluados en relación a un umbral de síntomas por debajo del estándar del diagnóstico de enfermedad de trastornos psicóticos, que incluye la esquizofrenia y la manía.
El hipocampo, que se cree regula la emoción y la memoria, y la amígdala, que participa en el miedo y la agresión, tendían a ser más pequeños en los consumidores de cannabis que en los controles con un volumen reducido en una media del 12 por ciento en el hipocampo y del 7,1 por ciento de la amígdala.
El consumo de cannabis también estaba asociado con un subumbral de síntomas de trastornos psiquiátricos. Los autores señalan que aunque los consumidores de cannabis mostraron una realización peor que los controles en aprendizaje verbal, esto no estaba asociado con los volúmenes cerebrales regionales en cada grupo.
Según los investigadores, estos descubrimientos retan la percepción extendida de que el cannabis no tiene secuelas neuroanatómicos o son limitadas. Los autores señalan que aunque un consumo bajo podría no conducir a efectos neurotóxicos significativos, estos resultados sugieren que el consumo elevado diario puede ser tóxico para el tejido cerebral humano.
Los científicos indican que es necesaria una mayor investigación para determinar el grado y los mecanismos asociados al consumo a largo plazo del cannabis y el curso temporal de la recuperación neuronal después de la abstinencia.
 

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