domingo, 1 de septiembre de 2013

Los fumadores habituales no atienden a las imágenes de las cajetillas



La preocupación por las consecuencias negativas del consumo de tabaco en la salud ha generado en los últimos años un aumento de políticas saludables y campañas de concienciación centradas en la disminución del consumo de tabaco.

Entre ellas, se encuentra la estrategia propuesta por la Unión Europea de incorporar en las cajetillas imágenes impactantes, cuyo objetivo es provocar en el consumidor una reacción negativa en el hábito tabáquico. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, un 45% de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años afirman haber probado esta droga legal.

Dos investigadoras de la Universidad de Huelva, Zaira Morales y Rocío Garrido, junto con otros expertos de la Universidad de Zaragoza, han estudiado la reacción a estas campañas de una muestra de estudiantes universitarios onubenses de entre 17 y 30 años.

Según los autores, «el objetivo es analizar la atención visual en los jóvenes fumadores durante el periodo de inicio y consolidación del hábito de fumar», ya que este podría ser el motivo de la no efectividad de dichas acciones basadas en la persuasión a través de imágenes.

Para que tengan éxito estas campañas, que requieren de la orientación visual por parte del fumador, es necesario comprobar la presencia de sesgos atencionales visuales, pues la persona fumadora debería fijarse en el mensaje de concienciación sobre las afecciones derivadas del consumo de tabaco y no en otro tipo de estímulos.

Por ello, las investigadoras realizaron diferentes tareas de investigación en las que presentaban a los sujetos ante imágenes relacionadas con el consumo (cigarrillo, mechero, cenicero, etc.) e imágenes neutrales (lápiz, goma, caja, etc.).
Más tiempo de reacción en fumadores

El grupo de investigación contó con una muestra de personas con «historia de consumo», constituida por fumado­res y exfumadores, y no fumadores, en el que se valora la frecuencia de consumo de tabaco: fuma­dor diario, fumador ocasional y exfumador.

Los resultados determinaron la presencia de interferencias en los tiempos de reacción de fumadores, con respecto a personas no fumadoras, cuando hay estímulos asociados a la conducta de fumar.

El estudio concluye que el grupo de fumadores tarda significativamente más tiempo en responder que el grupo de no fumado­res a los estímulos cuando aparecen situados en el mismo lugar que la imagen relacionada con el tabaco.

Asimismo, los fumadores diarios están más habituados a los estímulos relacionados con fumar y su tiempo de desconexión es menor que en los fumadores ocasionales.

«Este tipo de campañas son más efectivas en los no fumadores y exfumadores que en los fumadores. Esto puede deberse a que las personas que fuman mantienen más tiempo la atención en el contenido emocional que en el neutral y por tanto presentan mayor dificultad en la desconexión», sugieren los autores.

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